Independiente venció ayer 1-0 a Lanús y se metió en los octavos de final de la Copa Sudamericana. El choque ante el Granate volvió a mostrar el proceso de consolidación en el que está el equipo de Milito.
La previa del encuentro dejaba dudas acerca de lo que podría plantear el Mariscal, más allá de los nombres, por el hecho de que el Rojo no necesitaba un triunfo para ubicarse entre los 16 mejores del certamen internacional.
Sin embargo, se cumplió la promesa de salir a jugar “como si la serie estuviera 0-0”. Independiente dejó en claro que cada vez se acerca más a la búsqueda del entrenador y muestra pinceladas de una idea que se está aceitando.
Ante la falta de Cristian Cebolla Rodríguez, Milito se decidió por el pibe Ezequiel Barco, quien, además de su picardía y encare natural, fue un aporte clave a la hora de presionar la salida del visitante, donde el Rojo complicó la gestación de la propuesta Granate.
Claro está que una idea no se puede llevar a cabo sin individualidades y ese es un aspecto que se recuperó en el equipo. Cuesta, Tagliafico y Rigoni, sumados al buen momento de Ortíz y Vera, son factores clave para haber dejado atrás la imagen del debut del Mariscal, en la eliminación por Copa Argentina ante Defensa y Justicia.
El camino que transita el Rojo de Milito parece ser el indicado, pero la paciencia debe reinar en el hincha. El equipo está en pleno proceso de formación y el “mundo Independiente” tiene que ser consciente de eso, aunque con la tranquilidad de saber que el conductor es el correcto.
Edicion Nº
1859 correspondiente al día
18/08/2025 |
Inscripto en la DNDA:
(en tramite) |
Propietario:
Propietario
Director:
Director
Domicilio Legal:
Dirección |
Tel:
Teléfono