por la epica
Por: Román Failache
27 de octubre de 2015
Tal vez este no sea, simplemente, un partido más, de esos que ganás, te alegrás por el buen juego y seguís en el ruedo. Tal vez no sea un mimo más al autoestima del grupo. Yo creo que éste tiene las ínfulas necesarias para sumarse a esos relatos que el nono, regocijo mediante, me contaba cuando era pibe, de aquel Independiente que fascinó al mundo entero con sus grandes hazañas. Te digo más: creo que si esto se revierte, la copa es nuestra. Tratame de mufa o de lo que se te ocurra. Tengo fe en éste equipo y le veo pasta de campeón, más allá de estar escribiendo esto después de haber perdido el partido más pelotudo del mundo.
Un tropezón lo puede tener cualquiera, y parece que Independiente, justo, lo tiene en las instancias decisivas: le pasó en la Copa Argentina contra Lanús; sufrió más de la cuenta con Arsenal, y debió esperar hasta el minuto 185 para pasar el mal trago ante un Olimpia que hizo agua en toda la serie. Su fantasma es la definición y el miedo a quedar afuera.
El puesto del arquero es, quizás, el más ingrato. Podés acertar muchas y salvar otras tantas que la gente apenas se acordará, pero no te vayas a equivocar una vez porque quedás en el libro negro. No estoy ni cerca de querer defender a Rodríguez; no me interesa meterme en ese debate mediocre entre pros y antis. El partido del otro día era ganable e Independiente, por una serie de errores, ahora debe recurrir a la mística que los ancestros imprimieron sobre el cemento de la vieja y entrañable Doble Visera.
Ni antes era el Real Madrid, ni hoy es Crucero del Norte. Insisto con que este equipo tiene pasta porque encontró una base de laburo con gente que sabe lo que hace, como lo son Pellegrino, Xavi Tamarit y el profe Macaya. Se nota en la cancha que los movimientos son estructurados, con un fin en común, organizados para defender y dinámicos para atacar. Pero acá necesitará más que eso.
Hay tres factores que nieblan la continuidad: el resultado adverso, el estadio a 2600 metros de altura y el rival. A diferencia de Olimpia, un grupo sistemático que juega y que tiene un técnico como Pelusso, con las credenciales de haber sido campeón con diferentes equipos.
Para colmo, parece que la CONMEBOL está soltando la guillotina. Si las tres fechas a Méndez te parecían una exageración, ahora te suspenden a los hinchas visitantes durante dos jornadas por haber encendido bengalas en Paraguay, para que los once que se metan en "El Campín" estén solitos y solos contra los 48.600 colombianos enardecidos por ver correr sangre argentina.
Estos condimentos que al hincha le quitan el sueño, tienen que funcionar de manera inversa en el jugador dentro de la cancha: mientras más aspectos haya en contra, más épica será la victoria que le dé el pase a semifinales a Independiente. Y no hablo de "posible victoria", sino de victoria, porque esta serie es completamente reversible. Ese miedo a definir que se expuso en el partido de ida ya tiene que estar dilucidado y debe desaparecer cuanto antes, porque en este lado de Avellaneda no encaja. Tiralo enfrente, que a ellos les sienta mejor.
Por primera vez desde que tengo memoria, confío a ciegas en Independiente. No creo que lo construído hasta acá haya sido casualidad. Sobre todo porque este equipo demostró, en diversas chances, que tiene carácter y entrega. A ésto sumale que vuelve el Cebolla, el toque de la varita. ¿Qué querés que te diga? Podrán decir que estamos muertos, que el partido de ida costó carísimo, poner al arquero como único responsable en la tapa de los diarios, y la mar en coche. Pero hasta no estar a diez metros bajo tierra, no voy a creer otra cosa.
Van a ser once los hombres que el jueves salgan a escribir la historia. Pasar a formar parte de ella o no, queda en sus manos.
15/12/2024 14:12:00
Independiente sondeó a un lateral izquierdo aunque solo sale por la cláusula leer mas
15/12/2024 11:12:00
Independiente tomó la decisión de que este futbolista no continúe en el club. leer mas