Independiente jugó el mejor partido del Torneo Apertura fuera de casa y le ganó a San Lorenzo por 2 a 1, cortando una racha de 10 años sin victorias frente al Ciclón como visitante, con una buena actuación a nivel colectivo de sus futbolistas.

El Rojo volvió a demostrar el buen momento que está atravesando. Todo el plantel sabía que un encuentro así era muy necesario para aferrarse a la punta de la zona y llegar afilados de cara a uno de los clásicos de Avellaneda más parejos y reñidos de los últimos años.

En la tarde de hoy, se esperaba un partido que se definió fundamentalmente en el primer tiempo, ya que los dirigidos por Vaccari mantenían el control de la pelota con libertad hasta la mitad del terreno de juego, mientras que el Ciclón se perfilaba más para recuperar rápido el balón y salir con velocidad hacia el arco de Rey. Todo esto hizo que los futbolistas rojos debieran ser quienes marcaran la iniciativa del juego, en un partido disputado con gran agilidad. En este sentido, hubo acciones clave que se fueron dando con el correr de los minutos y que hicieron que la balanza se inclinara a nuestro favor.

Cedrés, como reemplazante de Marcone, cumplió con creces las expectativas, ya que su función de meterse entre los centrales para ayudar con las conexiones entre defensa y ataque fue muy meritoria, gracias a su buen pase y versatilidad. Esto, sumado a las conducciones y rompimientos de la zaga central (fundamentalmente de Lomónaco) en ataque, irrumpía casi por sorpresa en la línea de defensa rival, marcando el factor sorpresa que se necesitaba. De esta forma llegó el primer gol, con una gran recuperación de Tarzia por la banda y una excelente pegada de Millán.

Luego de ello, se continuó tocando y jugando asociativamente, con paciencia y determinación para encontrar el espacio libre. Esto llevó a un gran cabezazo de Ávalos y algunas llegadas hasta el borde del área. Todo esto ocurrió a pesar del escandaloso penal cobrado vía VAR, que hizo que los futbolistas rojos se agarraran la cabeza en más de una oportunidad. Además, el penal a favor anulado, también con la tecnología de por medio, golpeó la moral de los jugadores de cara al complemento.

La actuación de hoy le sacó un peso de encima al equipo, ya que se pudo quitar la espina de ganar jugando bien en condición de visitante. Además, tiene un sabor diferente debido al bochornoso arbitraje, que cada vez se vuelve más escandaloso. Pero lo importante es que, a pesar de todo, el equipo se repuso de las malas decisiones arbitrales y sacó adelante un partido que en el segundo tiempo se complicó más de lo esperado.

Lógicamente, ante la presión de su público, San Lorenzo debió salir a buscar el partido sin muchas armas, pero con una gran determinación que evidenció lo sólida que se mantuvo la defensa roja. Más allá de una jugada que pegó en el palo por un despeje de Vera y otra por un error del lateral, el Ciclón no pudo cruzar la barrera de defensores planteada por el entrenador. El plan era claro: mantenerse sólidos en defensa para que, al momento de recuperar la pelota, se pudiera salir a contraatacar en velocidad.

El segundo gol llegó casi como una mezcla de las dos partes: buena recuperación y una linda jugada asociada iniciada por Ángulo, con pared incluida entre Ávalos y Cabral, para que, tras un rebote, este (como siempre) Felipe Loyola.

El segundo tanto abrió el partido y la mitad de la cancha se rompió totalmente, factor clave para que los buenos mediocampistas rojos tengan el balón y calmen el juego.

Esta tarde sirve como termómetro para el plantel, ya que la prueba del próximo domingo será mucho más dura física y mentalmente.

Hoy se aprobó con creces, ahora queda planificar una clásica semana, de cara al encuentro frente al vecino de siempre con una sola obligación, estar a la altura.