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¡Qué milagro que viene por acá!
30/11/2014
Por: Juan Manuel Colomer
30 de noviembre de 2014
(LA COLUMNA DE COLOMER) Ahí va el Capitán Mancu por el espacio, con su nave de fibra hecha en Reconquista. Ayer, resistido. Hoy amo entre los amos del aire de Avellaneda. No podía ser de otra manera. El último partido como local en el torneo tenía que terminar 1 a 0 y el gol lo tenía que hacer Mancuello. Y tenía que ser un golazo, también. Porque hoy, como tantas otras veces en el campeonato, Independiente ganó por Mancuello. Incluso ha ganado por Federico aun cuando él no convirtió. Mérito de Almirón que lo convenció de que ese era su lugar en la cancha: por el centro y de frente al arco, no encerrado contra la raya y muchas veces pasando desapercibido en los partidos. Pero también mérito del propio Mancu que creció como futbolista, evolucionó, se superó día tras día y supo como sostener un nivel superlativo a lo largo del año.
Hoy el Rojo también ganó por el Ruso Rodríguez. Que venía de un golpe duro, tal vez el más duro que le vaya a tocar en toda su carrera. Pero otra vez bancó la parada, como tantas otras veces y cerró el arco cuando Newell´s era más y pudo haberse puesto en ventaja. Y el Rojo hoy también ganó por Méndez. Que corre y mete pero también juega. Está siempre al límite y es peligroso pero termina redondeando un buen torneo presentación con esta camiseta.
No entendí la salida de Penco cuando quedamos con diez por la expulsión de Cuesta (bien expulsado, su primera falla en el semestre). Mucho menos la salida de Montenegro (en su mejor momento en el partido aparte). Y mucho menos la inclusión de Benítez en quien el técnico sigue teniendo expectativas de que sus ingresos puedan modificar el trámite de algún partido. El triunfo termina, una vez más, maquillando y atenuando decisiones que una derrota hubiera resaltado mucho más. Por ahora la fortuna sigue estando de su lado.
Va terminando un campeonato raro. Se consiguieron hasta ahora 33 puntos y una clasificación a la Copa Sudamericana. También se lograron momentos de muy buen fútbol y partidos de un nivel de juego inesperado después del penoso paso por la B. También hubo decisiones equivocadas, elecciones inexplicables, caprichos que nos costaron puntos clave, desequilibrios marcados entre el Independiente que ataca y el que defiende y una irregularidad que no nos permitió pelear en serio el torneo hasta el final, más allá de que matemáticamente aún haya alguna chance. Le viene bien a Almirón cerrar el torneo cosechando los seis puntos que quedaban después de la dura derrota en La Bombonera. Necesita arrancar el 2015 con crédito porque no le sobra nada. Todavía sigue siendo resistido. Por momentos, demasiado. Una cosa es la crítica y otra muy distinta el ensañamiento. El balance termina siendo positivo porque potenció a varios jugadores del plantel, muchos de ellos jóvenes, porque en muchos partidos se vio un Independiente con mentalidad ofensiva y con carácter para revertir situaciones adversas. Pero sigue teniendo decisiones que no terminan de convencer. Él también debe crecer y aprender como debe hacerlo el equipo, más allá de que necesita incorporaciones de nivel en varios puestos para pelear cosas importantes.
Pero ahí va el Capitán Mancu. El estandarte de este Independiente que volvió del peor de los infiernos y que por momentos nos hizo disfrutar y hasta ilusionarnos con una vuelta más. Ahí va el Capitán Mancu. Tardaron muchos años hasta encontrarlo. El anillo de Mancu llevaba inscripto un signo del alma. El de su amor por esta camiseta.