que no tape el bosque
que no tape el bosque
Que no tape el bosque
14/03/2016
Por: Juan Manuel Colomer
14 de marzo de 2016
El fútbol, explicado solo a través de los resultados, prescinde de cualquier análisis. Es decir, si solo importa quién gana y quien pierde, entonces no miremos más partidos. Vayamos al cine, a tomar un café o a correr por Palermo y después nos fijamos como terminó la fecha. A muchos el 4-1 contra Colón los dejó felices y conformes. No es mi caso. Y ni hablar del triunfo de ayer frente a Banfield.
Independiente es un equipo poco confiable. Carece de identidad, no tiene un patrón ni una idea definida. No tiene juego asociado, utiliza sistemáticamente el pelotazo y, en varios momentos, abusa de esperar el error del rival como única arma ofensiva. Es decir, lo mismo que venimos viendo desde hace rato, solo que la variable de ajuste son los resultados. Cuando son a favor, el hincha se olvida, se vuelve más permisivo y se entusiasma mirando la tabla. Cuando son en contra, a todo lo que aparentaba estar bien se le corre el maquillaje.
Todo esto pasó ayer en 90 minutos. El partido fue una radiografía exacta de este equipo de Pellegrino. Arrancó siendo superado en todos los aspectos del juego por un Banfield muy inferior, que no logró generar muchas situaciones de gol pero fue dueño de campo y pelota durante casi todo el primer tiempo. Después, como en el fútbol es más fácil hacer un gol que jugar bien, Toledo la tiró al área, los pasó a
todos y le quedó a Tagliafico que le pegó como juega, con alma y vida, y así se encontraba un empate que prácticamente no se había buscado. Porque hasta ese tiro al arco, Hilario Navarro era un espectador de lujo. Enseguida, Vera tuvo el segundo pero el correntino la tapó al córner. El uruguayo tuvo rápida revancha para poner el segundo tan merecido para él, como injusto para Independiente por lo hecho hasta ese momento.
El resultado parcial se explicaba solo a través de la fortuna, la eficacia y la diferencia de jerarquía individual de los dos equipos. La mano que no se ve del técnico a nivel colectivo, se tapa con la categoría de jugadores que hoy tiene Independiente. Incluso los que tiene en el banco, producto de los gustos que se da este entrenador. Inexplicable e imperdonable dejar a Denis en el banco. Ya en el segundo tiempo el equipo justificó la ventaja a puro corazón con Cuesta, Tagliafico, Torito Rodriguez y Vera como estandartes. Cada uno en lo suyo le aportó el carácter que suplió la preocupante falta de juego. Otra vez, como la semana pasada, aprovechó todas las facilidades defensivas que le dio el rival y selló el 3-1.
Jugando mal y feo, Independiente consiguió 6 puntos y 7 goles en dos fechas. Una muestra clara de la jerarquía individual con la que se cuenta. El técnico sigue en deuda con los que queremos ver un equipo que además de ganar, juegue mejor. Es esa búsqueda y ese juego lo que nos dará la solidez y tranquilidad como equipo.
Como se suele decir, jugando así no van a ser muchos los partidos en donde podamos ganar. Que el árbol no nos tape el bosque.