El viernes a la mañana entré en una librería a comprar un par de cartuchos de impresora. De pronto ví un cuaderno Rojo de páginas blancas. Liso, sin renglones.

Hace rato que venía pensando escribir sobre Independiente pero me ponía excusas. Tal vez un poco porque me desmotivaba el presente institucional del club y me costaba arrancar. Finalmente lo agarré y me dije "Listo Juan, es éste". Gastar unos pesos en estos tiempos es un riesgo, más si no estás seguro de si lo que vas a invertir realmente valdrá la pena. Pero en la vida hay que arriesgar así que me propuse, el tiempo que duren estás páginas, hacerlos valer.

No sabía sobre qué arrancar a escribir. Pero cuando mi amigo Marcos, con quién iba anteriormente a la cancha, me sugirió ver este partido en su departamento ni lo dude y pensé que sería el mejor puntapié inicial.

Llegué, nos sentamos, nos pusimos al día y comentamos sobre el presente de nuestro querido club.

Que "hay que vender jugadores...", que "este presente es una pesadilla...", que "qué dolor vernos tan mal como institución..." Pero bueno, mentiría si dijera que todo es negativo. Debo decir, que me alegró saber que la coincidencia que tenemos con mi amigo es que los dos opinamos que a los pibes del club hay que darles nuestro apoyo y no crucificarlos. Que, si bien algunos no están rindiendo al nivel que nos gustaría, están haciendo lo mejor que pueden en un plantel corto que requiere de gran esfuerzo físico y que necesita afianzarse más. 

Ayer Alan Soñora metió dos goles. Uno de ellos fue hermoso, de tiro libre, con la tranquilidad de un pibe que tiene confianza y pareciera que no le pesa la camiseta.

Si, ya sabemos que jugó sin público, pero podemos darnos cuenta de lo bien que juega. Se lo notó concentrado, metido en el partido y con confianza. Elegí arrancar hablando de Alan porque tuvo una noche ideal, pero no quisiera olvidarme de todos los chicos del club que ayer tuvieron minutos: Ortega, Zarza, Ostachuk, Matías Sosa, Pozzo y Julián Romero.  Los que también se van afianzando cada día como Barreto y Velasco y los ya experimentados que salieron de la cantera: Bustos (que finalizó el partido con la cinta de capitán) y Blanco (que se afianza con buen rendimiento en el equipo titular). Un Independiente que más por una cuestión de necesidad que por estrategia minuciosa sorprende puntero con mayoría de jugadores del club.

Vivimos unas semanas  convulsionadas. Entre lesiones, negociaciones, deudas, dudas y planteos tácticos. Hace poco en una charla, les dije a unos amigos que es válido tener miedo, lo que yo no puedo concebir es no saber qué hacer con él. Y es que ante el miedo tenemos dos opciones: huir o atacar. No hay mucho más. El tema está en tener en claro qué hacer y por qué.

Huir me parece cobarde y atacar me parece un acto que requiere de valentía. Pero para huir o atacar debemos aceptar lo que estamos viviendo. Y como hay muchos que les gusta citar esa frase que reza "la única verdad es la realidad" podemos decir que como club tenemos un problema que no asumimos y es que en mayor o menor medida somos negadores de la realidad.

Entre los hinchas hay quienes toman el atajo de huir constantemente por creer que pateando obligaciones a lo mejor las deudas se pueden postergar in eternum. Están también aquellos que critican a mansalva todo lo que ven pero no quieren aceptar lo que pasa porque eso implicaría enterarse de cosas que no quieren ni escuchar y por último están los que atacan el problema denunciando lo que sucede y dando a conocer las fallas para que no vuelva a ocurrir en un futuro.

Mientras tanto, este equipo con varios chicos que sueñan con ser grandes y estar a la altura de nuestra historia están jugando al fútbol. Tienen un cuerpo técnico de experiencia y que, aún siendo cuestionado, no deja de llamar la atención. Falcioni y sus colaboradores nos invitan a intentar comprender que este plantel da lo mejor que tiene y que necesita tiempo, algo difícil de aguantar en un clima de ansiedad y desilusión.  Ayer el equipo se arrimó al arco contrario y casi hace más de 3 goles. Gustó y goleó, no solo para demostrar que no huye, sino también para demostrar que la confianza se gana y se construye de a poco, que los resultados llegan con esfuerzo y sacrificio, y a no olvidar que "somos los de Independiente, de pierna fuerte y templada, guapos para una jornada, dignos de un team muy valiente".