Hay jugadores que dan fundamento a esta página que habla de un "Orgullo Rojo", tipos que hicieron que Independiente sea Independiente, que pusieron el nombre del club en lo más alto, que tomaron postas de ídolos del pasado y se la pasaron a los del futuro. Uno de ellos, probablemente de los 3 mejores jugadores de toda la historia del club, fue
Antonio Sastre.
Sastre sabía todo. Le tocó integrar el primer gran equipo de Independiente en el profesionalismo. Ese equipo al que se le venía negando el título año tras año y que lo terminó consiguiendo en 1938 para luego repetir en la temporada siguiente.
Junto con
Vicente De la Mata y Arsenio Erico formó una delantera memorable, responsable de la consagración y la gloria de aquellos años.
Entre los tres marcaron 218 goles en 66 partidos jugados. Un promedio abismal de 3,3 tantos por cotejo lo que llevaron al Rojo al bicampeonato.
Nuestros abuelos nos cuentan las historias de aquel equipazo y todos coinciden en que
Erico era un
goleador asombroso, que
De la Mata tenía un
talento pocas veces visto, pero que
Sastre sabía todo. Era talentoso, era goleador, era pensante y tiene la particularidad de haber jugado en todos los puestos. Sí, hasta de arquero, donde tuvo que reemplazar a Fernando Bello en dos ocasiones (vs Peñarol y San Lorenzo) y en ambas mantuvo el arco en cero.
Fue un avanzado para su época, en la que las posiciones fijas, inmutables, parecían el común denominador de un fútbol con muchas habilidades pero, tal vez, poco sacrificio.
Esa suprema conjunción fue la que aportó en los albores de los años 30 el genial Sastre,
considerado por muchos entrenadores, jugadores y especialistas, como el futbolista más completo de la historia. Hasta le hicieron un tango! (https://isabelinoespinosa.blogspot.com.ar/2011/01/antonio-cuila-sastre-tango.html)
En 1941 se fue a terminar su carrera a Brasil, pero lejos de concluirla se recibió de ídolo en Sao Paulo, obtuvo 3 títulos y hasta le hicieron una estatua.
"Fue el que nos enseñó a jugar al fútbol a los brasileños", declaraba el recordado Oswaldo Brandao.
Ya retirado, en 1947 Antonio Liberti quiso convencerlo para jugar en River, pero Sastre prefirió aceptar la oferta de Roberto Sbarra para jugar en Gimnasia y Esgrima de La Plata, que estaba en Segunda División y buscaba el ascenso. Era otro desafío para el “Cuila”.
Y volvió a salir airoso: el Lobo platense fue campeón y subió a Primera. Entonces sí, Sastre dejó el fútbol.
Campeón en Independiente. Campeón en Sao Paulo. Campeón en Gimnasia. Jugador de todos los puestos, talentoso como casi ninguno.
Fue uno de los artífices que hicieron grande a Independiente. Sastre sabía todo.