Independiente recibió a Huracán en el Estadio Libertadores de América por el partido correspondiente a la Fecha N°25 del Torneo de Primera División. Tomando en cuenta el encuentro ante Racing, y no el de Copa Argentina entre semana, donde si jugaron mayoría de suplentes, Ariel Holan tuvo que lidiar únicamente con la ausencia de Juan Sánchez Miño, aquel que este semestre dejó de lado las críticas recibidas y hoy es una fija como titular. Para ocupar su lugar, el entrenador se decidió por incluir a Damián Martínez en el lateral derecho y corriendo a Fabricio Bustos a la banda izquierda, algo que hizo en Reserva en muchas oportunidades. Por el lado de la visita, Azconzábal planteó en principio un férreo 4-2-3-1, con el fin de lograr un bloque defensivo, cerrarle los caminos a Independiente, y en la faceta ofensiva generar la superioridad numérica en zona central para luego profundizar por afuera, ya sea con los extremos o con la aparición de un lateral, algo que complicó al Rojo en algunas ocasiones. En el comienzo Independiente intentó llevar el dominio en las acciones, pero se notaba que en referencia a los últimos encuentros, en este partido las cosas no estaban saliendo del todo bien. Entre otras cosas, porque Fritzler hizo un trabajo bárbaro para borrar a Martín Benitez, porque Villalba contuvo de manera óptima a Rigoni en esa primera mitad, y porque Barco no podía hacer pesar su gambeta por la banda izquierda. Para colmo, el que pegó primero en la noche fue el Globo. Por una fatalidad. Que a la salida de un córner el jugador que pusiste libre para rechazar, se encuentre con la pelota, luego de una enorme atajada de Martín Campaña y en el intento, la coloque dentro del arco, es toda una fatalidad. Y a Gigliotti le pasó eso, a nuestro goleador, quien anoche además cumplía 30 años. Y así se apagó el primer tiempo, con un Independiente errático, donde apenas se destacó Nery Domínguez por su buena ubicación en todo momento y pases punzantes. Pero para el arranque de esta segunda etapa Ariel Holan pateó el tablero y mandó a Walter Erviti en lugar del ex Querétaro, quien había sido de lo mejor del Rojo hasta ese momento. Voy a apelar a mi sinceridad, no entendí el cambio. Pensé que si alguien debía salir, era Martínez, a quien verdaderamente entiendo que su nivel no fue acorde, y que fue una apuesta que salió mal, esta noche y desde el momento desde que llegó. El equipo salió con otra intensidad al segundo capítulo de esta noche. Porque el equipo de Holan es eso. Si no te gana con fútbol, te gana por voraz. El no darse por vencidos. En un marco donde todo parecía que andaba para atrás, el entrenador hizo dos modificaciones muy incisivas en el desarrollo del juego. El ingreso de Maximiliano Meza por Martínez, ocupándose así de la faceta ofensiva, con un tenue retroceso, ya que Huracán en ese momento ya no atacaba con mucha gente. Y por otro lado, el alterar las posiciones de Rigoni y a Barco. Fue así que se recuperó el tándem del cordobés con Bustos, de enorme despliegue; y así Barco pudo aprovechar más su capacidad de desborde, acompañado por un Meza con mayores atributos en ofensiva, y hasta por un Benitez que se volcaba por derecha para generar esa superioridad. Resaltar en este momento del partido la labor de Martín Campaña. Una vez más apareció con determinación el mejor arquero del fúrbol argentino con una atajada clave, que de no ser por él, se hubiesen puesto las cosas 0-2. Y fue así como luego llegó el gol del empate, un penal generado por mano de Nervo, tras un gran desborde por esa banda del juvenil del Rojo, quien además tuvo la personalidad necesario para agarrar la pelota y convertir un gol de penal con mucha frialdad, en un momento caliente de la noche. Ya para los minutos finales, Holan mandó a la cancha a Lucas Albertengo en lugar de Martín Benítez, quien asistió a Barco en su desborde que generó la falta del empate. Una vez más, el entrenador fue determinante con este cambio, ya que en la última jugada de la noche, un lúcido Nicolás Tagliafico colocó un excelso pase para Albertengo, quien ante la salida apurada del arquero de Huracán centró hacia el medio del arco y encuentro al ingresado Erviti para colocar de cabeza el gol de la victoria. Llantos. Euforia. Tanta búsqueda encontró su cometido, e Independiente logró hilvanar su tercera victoria consecutiva en el Torneo, y mantiene vivas sus aspiraciones de disputar la Copa Libertadores 2018. Porque ser feliz era esto, ir a la cancha sabiendo que vas a ver once hombres en el campo de juego, que defenderán tus colores hasta el último segundo de partido. Porque ese slogan de "Compromiso, Actitud, Intensidad", es genuino. Así lo vive este grupo. Párrafo aparte para el corazón de todo esto. Nicolás Tagliafico es la viva imagen de lo que el Club Atlético Independiente pregona. Hoy en día es la bandera, y lo demostró una vez. Llevando al equipo al ataque como cuando Gabriel Milito corría metros y metros con la pelota arrastrando a sus compañeros. Cuando quiere Tagliafico Independiente quiere. Y así fue como en la última jugada, cuando todo era ansiedad por lograr el empate, él simplemente levantó la cabeza y puso un pase sublime, antes de que todo el grupo se fundiera en un gran abrazo cerca del córner. Independiente superó esta prueba con creces. Lo ganó, entre otras cosas, porque logró no desesperarse nunca. Y es muy difícil que a este equipo le ganen en corazón y en actitud. Y como bien dijo el entrenador en conferencia terminado el encuentro, hoy se vio el de pierna fuerte y templada. Habiendo encontrado esta victoria, el Rojo se mantiene al acecho, y no cabe dudas que dará pelea hasta el final, para volver a la tan ansiada Copa Libertadores.