sigue creciendo
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Sigue creciendo
25/10/2014
Por: Mono Rubino
25 de octubre de 2014
En un partido que se preveía complicado desde la previa, Jorge Almiron paró un equipo con dos variantes obligadas en referencia a los once que le habían ganado de muy buena manera a San Lorenzo. Pizzini ingresó por Cuesta y Tula por Breitembruch. Tales modificaciones hicieron al conjunto rojo (hoy de Blanco) pararse con cuatro defensores, Zárate, Tula, Figal y Villalba; dos mediocampistas centrales, Méndez y Mancuello; un enlace, Montenegro; y dos delanteros, Riaño y Lucero.
Y el comienzo del partido fue inmejorable para el rojo, que a puro vértigo, consiguió un córner y anotó un gol, en una jugada que se preparó para hacerla rápida. Además, se encontraban muy activos los tres de arriba intentado presionar y desbordar.
La característica fue, como ya es costumbre, el juego por abajo, centrando los ataques en la banda izquierda, que terminaban en muchas pelotas para Pizzini, que estuvo muy bien en el mano a mano.
Después de los 10 minutos, Independiente bajó la intensidad y Tigre, buscando el empate, se adelantó en el campo, igualmente el rojo seguía siendo más. Elaborando jugadas de manera paciente y eficiente. Porque “Pancho” se tornaba imparable, y Riaño y Lucero ponían en aprietos a los defensas de Victoria por su movilidad. Aparte, Montenegro y Mancuello cada vez que agarraban la pelota distribuían con criterio y claridad.
Y a fuerza de tenencia, Independiente volvió a replegar a Tigre, que defendía como si estuviese ganando, con los 11 jugadores en su campo. Así comenzó una catarata de situaciones erradas, primero la tuvieron Méndez y el Rolfi de media distancia, después Tula en un córner, Riaño pudo haber definido luego de una extraordinaria triangulación pero decidió tirar un centro y Pizzini no aceleró el paso en una gran contra a los 38 minutos. Se notó que los jugadores querían hacer el gol debajo del arco, y por eso en varias oportunidades no pateaban e intentaban dársela a un compañero y allí era donde la jugada se disolvía.
La defensa tampoco pasaba mayores problemas, ya que el equipo de Alfaro estaba partido, los delanteros quedaban aislados y eran fácilmente controlados por los jugadores rojos. Por eso, nadie puede explicar cómo en la única jugada que Tigre hizo dos pases seguidos, falló el achique defensivo y Vitti, recién ingresado por Sebastián Rincón, quedó mano a mano con Rodríguez y lo fusiló para estampar el 1-1 parcial.
Sobre el final del primer tiempo, volvió a convertir Juan Martín Lucero, luego de, una vez más, una pelota parada jugada de manera rápida.
En el inicio del segundo tiempo Independiente siguió en la misma sintonía de atacar y presionar constantemente. Así se consiguió en nuevo córner que derivo en la perla de Mancuello, que una vez más probó el tiro olímpico desde el córner y metió así el tercero de Independiente y el noveno en su cuenta personal en el campeonato.
Los minutos que siguieron encontraron a un equipo con mucha confianza, ya había ingresado Pisano por Pizzini, y el equipo movía la pelota de un lado a otro, frente a un Tigre que estaba pasivo y estático. A los 27 y por una lesión de Tula, ingresó Rafael Barrio a jugar de lateral derecho y llevó a Alexis Zárate a pararse como segundo marcador central, y más tarde, Franco Bellocq entró por Montenegro, de muy buen partido.
En definitiva, Independiente jugó un partido muy sólido. Tanto en defensa como en ataque. Los jugadores parecen absolutamente hermanados con la idea que propone el técnico y esto se está notando partido a partido, ya que el equipo viene creciendo a buen ritmo. Sin duda, el rendimiento de estos dos últimos encuentros fueron de lo mejor en el campeonato y por eso es importante que los jugadores y el cuerpo técnico no se conformen con un par de partidos buenos y sigan por esta senda de victorias, entendimiento colectivo y buen juego.