sin orden ni audacia
sin orden ni audacia
Sin orden ni audacia
17/02/2016
Por: Nahuel Undabarrena
17 de febrero de 2016
Hacía 14 años que Independiente no caía como local frente a Rosario Central, en ese lapso de tiempo se habían disputado 9 partidos en el Libertadores de América, 8 triunfos para el rojo, y el encuentro restante, un empate. También podemos afirmar que el último enfrentamiento entre ambos, teniendo a Germán Denis en cancha, había finalizado 1-0 a favor del conjunto de Avellaneda, con gol del “Tanque”, justamente.
Pero está claro que en el fútbol las estadísticas quedan a un lado a la hora de jugar. Eso fue lo que pasó esta tarde, los registros de partidos anteriores que marcaban una supremacía favorable para Independiente, se convirtieron en solamente un número sin peso ni importancia.
Mauricio Pellegrino se volvió a aferrar a su esquema predilecto, un 4-2-3-1 que no viene dando resultado y que ya dejó mucho que desear las otras dos fechas. La formación no fue lo único que mantuvo el DT, también volvió a depositar su confianza en los mismos nombres que salieron a jugar en el estadio “Malvinas Argentinas” contra Godoy Cruz el viernes pasado.
La diferencia es que Rosario Central no es Godoy Cruz, “El Canalla” sabe a que juega y aprovecha bien las falencias de un equipo sin ideas como el Independiente que se vio hoy, por eso la derrota 2 a 0.
El partido desde su inicio tuvo al equipo rosarino como dominante, debido a que supieron adueñarse del mediocampo y desde un principio neutralizaron los laterales. Producto de la impotencia y el carecimiento de juego, el rojo encontró como única solución a esto saltear líneas, y jugar a tirarle pelotazos al delantero de área para que se arregle y haga él solo lo que pueda. A esto hay que sumarle el hecho de que la dupla de volantes centrales (Ortiz-Méndez), tuvo un muy mal partido, el equipo tenía serios problemas para recuperar la posesión, mientras Central movía la pelota y armaba su juego tranquilo.
Sobre el final del primer tiempo la situación se revirtió, el mediocampo del rojo robó algunas pelotas en campo rival, y mediante avances rápidos y descargas hacia las bandas, logró generar peligro.
Cuando los equipos se fueron al entretiempo, Independiente se llevó la mejor imagen de los minutos que habían pasado, parecía haber encontrado el camino, pero no fue así. Alcanzó con esperar 4’ del complemento para comprobarlo, nuevamente el equipo de Pellegrino estaba perdido en la cancha, dominado por Central, y con los laterales completamente anulados por el gran trabajo de los marcadores de punta canallas (Pablo Álvarez y Víctor Salazar), esta situación fue coronada por Gustavo Toledo, quien cometió una falta sancionada con penal y le dio la posibilidad a Rosario Central de imponerse en el marcador.
Muchas veces un gol en contra sirve para despertarse, para darse cuenta de que las cosas se están haciendo mal y revertirlas, este no fue el caso. Tras el gol de Larrondo, a Independiente lo consumió la desesperación y se desdibujó por completo, pese a esto Pellegrino realizó el primer cambio sin modificar su esquema predilecto, salió Emiliano Rigoni y entró Ezequiel Vidal, quien también fue víctima del excelente trabajo defensivo de Central y de la falta de juego de un equipo que había perdido la confianza en absoluto, al que esporádicamente se le ocurría algo. Para cambiar la formación, el DT del rojo esperó a estar 2-0 abajo, esta vez salio Claudio Aquino e ingresó Diego Vera para aportarle peso ofensivo al equipo y acompañar a Germán Denis que estaba solo, y que no tenía contacto con la pelota debido al abuso del pelotazo y la imprecisión general del plantel. Ya pasados ¾ partes del partido, el equipo había perdido totalmente el atrevimiento, únicamente se veía alguna que otra prueba de lejos aislada que terminaba muy desvíada, mientras que a los visitantes les había aumentado considerablemente la fe.
Faltando diez minutos, demasiado tarde para invertir los roles, Independiente agotó los cambios, salió Jorge Ortiz de muy flojo partido y entró Rodrigo Gómez, quien tampoco hizo mucho en un equipo que jugaba desganado y era consciente de que el triunfo era algo ya utópico.
El plantel se retiró muy silbado por su gente, abatido desde lo técnico y lo táctico por su rival. Otra vez el esquema preferencial del director técnico volvió a disgustar. Esperemos que esto sirva como “baldazo de agua fría” para reajustar el equipo y llegar de la mejor forma al clásico del domingo.