Independiente vive momentos de angustia económica debido a malas decisiones que se tomaron en los últimos años que conllevaron al despilfarro de dinero en unos casos y pérdida del patrimonio en otros. En este último grupo se encuentran los jugadores que están por quedar libres en junio -Carlos Benavídez, Domingo Blanco y Andrés Roa-, que al día de hoy pareciera ser muy difícil que vayan a renovar. Pero más allá de lo que pase con ellos, con los que ya parece ser tarde para negociar, hay que mirar a diciembre y no dormirse. Alan Soñora, quién hoy está en boca de todos por el golazo ante General Caballero, termina su contrato en diciembre. Es decir que a partir de julio puede firmar un precontrato con cualquier otro club. El volante, que heredó la pesada 10 de Independiente y que, es cierto, alternó buenas con malas como casi todos los jugadores del actual plantel, tiene que renovar su contrato. El club no puede seguir perdiendo patrimonio. Tanto los dirigentes como Rolfi Montenegro, Asesor deportivo, tienen que poner manos a la obra y que la prioridad sea esta. No se pide que no se intente renovarle a Blanco, Roa y Benavídez. Hay que tratar de renovarlos aunque parezca imposible, pero la dirigencia debería adelantarse para que en octubre no estemos cortando clavos y en la misma situación con Soñora. ¡Teléfono, dirigentes! Atiendan de una vez.