Más allá de las placas, yendo a lo meramente futbolístico, Independiente comenzó el torneo como era de esperarse.

Es decir, jugando mal, como en prácticamente todos los partidos de este año bajo la conducción de Carlos Tévez.

El Apache volvió a demostrar que no tiene, o no puede plasmar una identidad de juego en su equipo, y fue superado ampliamente por Talleres.

Más allá de esto, que es evidente, el técnico Rojo volvió a quedar expuesto con el tema juveniles.

En la semana, se equivocó feo hablando de la poca paciencia de los hinchas, diciendo que si Parmo juega mal unas fechas ya lo están puteando.

Si bien es correcto llevar de a poco a los chicos del club, eso no se condice con lo realizado por Tévez hasta el momento.

Santi López fue de lo mejor ante la T, siendo titular por primera vez. Mismo jugador que era pedido por la gente y unas semanas antes, frente al mismo rival, para el entrenador era muy chico.

Solo por citar algunos de los casos, Javi Ruíz fue titular rápidamente y después de varios buenos partidos, fue colgado sin mayores explicaciones. El delantero suele quedar afuera del banco, como el sábado, sin que sepamos que ocurrió con él. Y viendo el nivel de por ejemplo Canelo, resulta difícil de entender la falta de minutos del pibe de zona oeste. ¿No estará relacionado con su representación?

¿Pasar de no ser tenido en cuenta a titular, y de titular o no jugar por meses, es llevar de a poco?

Lo ideal, claro está, es que una promesa juvenil debute en un contexto favorable, y vaya jugando durante varios partidos cada vez más minutos hasta ser titular.

Acá no hay contexto favorable, pasan de titulares a olvidados, y el único que se quema es el mismo DT, que ya cumplió su ciclo.

Y esto lo saben todos, hasta los que lo blindan porque agarró al club en un mal momento. ¿Cuánto dura ese mérito? Porque de ser tan importante eso, estaría dirigiendo De Felippe todavía...