Se ha fugado, se hizo humo... ¡den la alarma! Se busca presidente.

Independiente no se entrega, no se vende, no se subasta ni se regala. Esta pasión no conoce de fecha de vencimiento. Toca refundar los pilares que nos hicieron grandes.

Escribo con la sangre hirviendo. A ver si nos entendemos, en Argentina ningún Club de fútbol puede quebrar. Es falso, es mentira, es un invento mediático lo que circula, fundado en la resolución de un juez que puede ser corrupto o incompetente, y que trae atada no sólo la deuda contraída con el América de México, sino también el irrisorio pozo acumulado por el caso Verón. Es eso, y no veinte millones de dólares, como quieren hacernos creer también, lo que el Club debe afrontar en lo inminente.

Es cierto que ante un pedido de quiebra, remate o liquidación de activos, el Club deberá responder con solvencia. También es cierto que el Estatuto social tanto del Club como del Organismo que lo rige y representa ante el mundo, la Asociación del Fútbol Argentino, impide su privatización.

Otra verdad es que ya hay casos de clubes sociales que fueron gerenciados en forma encubierta. La plata de algún lado deberá aparecer. Que la ponga el papa, Dalai Lama, Jebus o, como ya todos empezamos a suponer, los Socios.

Refundar

Dícese de volver a fundar las bases que nos hacen aún grandes.

Cualquiera compra pescado podrido en el universo Independiente, se come una vuelta de curva, se alimenta de operaciones, incluso las fomenta, y otros tantos votan en función de quién puede "sacar a estos", y ese voto anti, creo que ya podemos haber comprendido, no siempre es conductivo hacia gestiones exitosas. Más bien recrea un camino descendente, o decadente, en el que parece estar estupidizada y metida la Institución entera.

Toca salir. Refundar los pilares, hacer más sólida y robusta la pertenencia a ese Club que hizo y hará historia. No nos dejemos engañar. Esta pasión no se entrega, no se vende, no se subasta ni se regala. Con Independiente no se jode. Si es un negocio descomunal toca que actores que representen al Club y nada más que a Independiente pongan orden en esa contienda de intereses cruzados que ahuyenta hasta a la fachada más cartón pintada que pueda recordar la longeva historia de esta Institución. Se ha fugado, se hizo humo... ¡den la alarma! Se busca presidente. Mientras se sigue con el ensayo general para la farsa actual.

Boca y River lo hicieron entrado ya el milenio, y le toca a Independiente poner el hito de la creación de su Fundación. Al menos si se quiere mantener la conducción desde el Club y no dejarla en manos de lo que un youtuber pueda hacer, por más buena voluntad que se tenga. Fundación Independiente de Avellaneda, para que los Socios e hinchas volvamos a confiar en una Entidad constitutiva y aportar a la causa mayor, sacar al Club del pozo en el que parece estar empantanado. Y establecer, desde su Estatuto de organización sin fines de lucro nueva y saneada que se arme, que cada cierre de balance, serán destinados sus fondos a la Asociación Civil que los Socios queremos rescatar.

No me importa lo que digan

Hay que alentar a Independieeentee... porque al Rojo lo queremos. Nadie nos puede parar. No me importa lo que digan. Pero calentura no debe ser desazón. De este fuego interno que a cada cual nos mueve es que debemos tomarnos para salir a flote. Es lo que vos, yo, él que sabe de esto otro, y aquel que pone el cuerpo a la que toque, podemos planear. Tener un plan. Sin él, sin conocimiento de lo que se desea concretar, y cómo se hará, no hay manera de lograr ningún objetivo. Tan básico como una verdad. El Club es nuestro, y la Ley no permite que nos lo saquen. Chimpun.

Desde ese pleno conocimiento deben refundarse los cimientos que hicieron que podamos constituirnos como el Rey de América por tanto tiempo, y que el trono aún no haya sido arrebatado. Ese cemento pionero que la Doble Visera nos legó debe ser reflejado en premisas fundamentales a retomar. Repárese que no estoy hablando de fútbol, que bastante calentura deja ya al verlos ir en búsqueda de la pelotita y tropezar con sus errores primerizos, reflejados en el enojo de niño que no le salen las cosas que demuestra nuestro capitán e hincha en cancha. Me refiero al rol de dirigir y gestionar los recursos de un Club de fútbol. Para hacer tal cosa se debe tener un proyecto a llevar a cabo, y no sólo promesas, y un plan a ejecutar, con desglose de acciones y, preferentemente, el recurso humano que lo comandará o estará a cargo de llevarlo a meta. Nada de eso estaría ocurriendo, reflejado en un sencillo "vamos viendo". No, gestionar es decidir. Y de ser posible, en pos del beneficio de la Institución que te eligió para que la conduzcas.

¿Qué es eso de que no tenés tiempo si te postulaste hace medio año? Es inexplicable la respuesta. Así como tampoco se explican millones de manejes, de base económicos pero también humanos, sin una finalidad específica más que generar daño. Algo así como que el hincha de Independiente aprendió a defenderse, a mostrar las garras y pelear, a veces contra molinos de viento, pero desaprendió aquello de la grandeza, nobleza y principios regidores.

Los brazos en alto no fueron algo banal como ahora se sostiene en el saludo inicial. Es un lema, es exponer a quien observa el cotejo la limpieza de nuestras armas y que así como llegamos te ganaremos. Ese fundamento iniciático se perdió, y es el que debe retomarse. Volver a ser, no como mera proclama, sino como acto reivindicativo.

La tribu de mi calle

La vena hinchada. El silencio de quien sabe que te embocan y cagaste. El hincha del Rojo mira el partido entregado ya. Y no puede seguir ocurriendo. El mando rojo tiene que encontrar un timonel que saque el barco de la tempestad, refundar su esencia y conducir el barco a puerto. Sabemos que la gloria es eterna, pero bien valdría refrescarlo a estas mentes jóvenes que no supieron conocer lo que es ir de visitante a una cancha.

De visitante o de local, por el Orgullo Nacional. 100 años que en el barrio mando yo...

Hagamos honor a lo vivido. Retomemos el sentido orientador.

Estos vencedores rojos que se encuentran vencidos deben volver a vencer. Esta pasión no conoce de fecha de vencimiento, lo lamento por el que creyó que claudicaríamos. La desesperanza y el abatimiento no son nada dignos de un team muy valiente, y una nueva jornada toca afrontar. Con la mirada en el domingo, y tratando de avizorar un horizonte más acorde a lo que marca la historia.

La camiseta lo pide. Toca mostrarla.