buscando la regularidad
buscando la regularidad
Buscando la regularidad
03/03/2015
Por: Leo Hernandez Correa
3 de marzo de 2015
Mientras miraba la victoria del último sábado ante el Cervecero tuve, por momentos, sentimientos encontrados. Por un lado, sentí un profundo placer ver la performance del equipo en la primera etapa. Es tan saludable y tan agradable sentirse amo y señor del partido, controlar el ritmo de juego y ser ampliamente superior al rival.
Sin embargo, esa superioridad no pudo verse reflejada en el marcador. El 1-1 parcial, al término del primer tiempo, era tan mentiroso como injusto. Luego, en el complemento, se logró la más que merecida ventaja y nos fuimos vencedores en un terreno muy complicado.
Seguramente, te habrás preguntado (igual que muchos) ¿Por qué no podemos jugar así todos los partidos? ¿Por qué cuesta tanto encontrar una regularidad? Dentro de la irregularidad generalizada, en la cual el fútbol argentino se encuentra sumergido hace años, Independiente no es la excepción. Y para poder responder estos interrogantes debemos analizar ciertas cuestiones.
En primer lugar, seguimos siendo un equipo en formación. El plantel ha sufrido muchos cambios últimamente. El recambio en el vestuario fue bastante importante, se fueron muchísimos jugadores y llegaron muchos más, los cuáles se están adaptando al mundo Independiente.
Por otro lado, no todos los rivales juegan de la misma manera. No es lo mismo enfrentarse a Newell’s, el cual es un equipo consolidado con una idea clara de juego, que jugar contra Sarmiento que, por características, va a intentar ser ordenado y cerrarle los espacios a su rival de turno.
Hoy cualquiera le gana a cualquiera, ya no corre más la “chapa” de equipo grande. Ya no garantiza nada jugar de local. Al contrario, puede ser contraproducente como nos pasó con el verde de Junín. La ansiedad de los hinchas y la mala relación que existe con el entrenador no favorecen el rendimiento individual y colectivo del equipo. Y es en este punto que quería profundizar.
Muchos de los protagonistas del triunfo sobre Quilmes declararon que es necesario ganar de local para devolverle el cariño a la gente, que deben jugar de la misma manera que lo hacen de visitante. Pero… ¿podrán hacerlo? Obviamente, es el deseo de todos los que queremos a Independiente que así sea. No obstante, está claro que el técnico se identifica con una idea de juego que se emparenta mucho con nuestra rica historia. Intenta que sus dirigidos cuiden la pelota, que la traten bien, que le den un buen destino, que la hagan circular con criterio (en lo posible) siempre a ras del suelo. Y el golazo de Mancuello fue una consecuencia lógica de esa idea elitista y elegante de jugar y sentir el fútbol.
El próximo sábado, ante Belgrano, Independiente tendrá la oportunidad de regalarle un triunfo a su gente. Tendrá un rival que, posiblemente, se cierre atrás para salir rápido de contra. Al parecer, Almirón ya encontró su 11 ideal. Ahora deberá trabajar en espacios reducidos para que no vuelva a caer en la trampa que le tendió Sarmiento en el LDA. Y deberá buscar la regularidad necesaria que le permita al equipo sentirse superior en cualquier cancha, dejando de lado las presiones y cambiando los silbidos por aplausos. ¿Lo logrará? Esperemos que sí.