Se terminó la novela. Luego de largos meses de idas y vueltas, Daniel Gastón Montenegro dejó de ser jugador de Independiente. El Rolfi, que sostuvo hasta último momento su intención de continuar en el club, continuará su carrera en Nueva Chicago. Para eso, arregló una deuda y resignó 10 meses de contrato. Un gesto de grandeza para darle fin a una gran historia de amor.
Porque eso fue lo de Montenegro con Independiente: un romance con todas las letras, lleno de encuentros y desencuentros, de alegrías inolvidables y de tristezas desgarradoras. Un amor que quedará marcado a fuego en las páginas del club y del jugador, que se unieron por 15 años en lo formal y por una eternidad en el inconsciente colectivo de la institución.En tiempos de crisis constante, el Rolfi apareció como una caricia en medio de un sinfín de golpes. Lejos de la gloria de otras épocas, el 10 -o el 23- siempre se las ingenió para tranquilizar el caos y hacer de este milenio un lugar menos hostil para el Rojo. A pesar de haber nacido en otro lugar, con el tiempo eligió a Independiente como su casa, como el verdadero club de sus amores.
Su última demostración de gratitud, la de resignar plata aún después de haber sido maltratado por la dirigencia y el cuerpo técnico, grafica a la perfección los momentos agridulces de su idilio con Independiente. Del título del 2002 al desafortunado festejo con la camiseta de River. Del triste descenso a quedarse a ascender cuando todos daban la espalda. De su renovación hace seis meses aceptando la reducción del sueldo a éste injusto pero digno final. Idas y venidas de un fuego que nada ni nadie podrá apagar.
Por si sus logros y el valor sentimental de sus acciones no alcanzaran, las estadísticas también lo respaldan. Con 69 goles en 240 partidos jugados es, por lejos, el máximo goleador del siglo y también el que más veces vistió la Roja en el mismo. Datos fríos que sirven para calentar aún más la historia.
Así, a fuerza de números y gestos imborrables, Montenegro se convirtió en el último ídolo de Independiente. Tanto por los buenos como los malos momentos, será difícil que otro jugador logre forjar semejante relación con el club en lo inmediato. Pese a quien le pese, y más allá de cuán malos hayan sido estos años, Independiente ha dejado ir al jugador más influyente de su historia reciente, al mejor dentro de lo peor.
Ahora, tanto al club como al Rolfi no les quedará otra que escribir su historia separados. Hasta acá llegaron Independiente y Montenegro. Es cierto, la relación terminó, pero aunque el tiempo diga no, nunca morirá este amor. Hasta siempre, Rolfi.
Edicion Nº
1609 correspondiente al día
11/12/2024 |
Inscripto en la DNDA:
(en tramite) |
Propietario:
Propietario
Director:
Director
Domicilio Legal:
Dirección |
Tel:
Teléfono