Independiente derrotó a Racing, el pasado domingo, y como siempre aclaramos desde esta columna, autodenominada "el Drone de Pérez"
-estuvo sin funcionar porque se fue de copas y por eso la demora- se trata nada más y nada menos que de estadísticas, que a veces son sólo números, pero que en otras ocasiones suelen tener un significado más allá de lo aritmético.
Mucho se habló esta semana del nivel de
Fabricio Bustos, un jugador que se afianzó en un puesto para el cual Independiente había contratado dos jugadores en los últimos dos años: Gustavo Toledo y Damián Martínez. Hoy nadie duda de que el titular es el "Tractorcito", por su rendimiento parejo y por dejar todo en cada pelota.
Desde lo estadístico su clásico fue casi perfecto: con 6 quites, fue el jugador que más pelotas recuperó. Y no sólo eso, fue uno de los que más veces la pasó con mejor porcentaje de efectividad, sólo erro tres sobre 32 asistencias. Un claro ejemplo de que cumplió al pie de la letra eso de
"comerles el orto a Racing".
No fue Bustos el mejor jugador de la cancha como pudo haberlo sido Martín Benítez, ni determinante como lo fue Emiliano Rigoni. Pero tan cierto como eso es que sin su aporte, reflejado en los números, el Rojo no hubiera tenido ese empuje desde lo actitudicional ni desde lo futbolístico.