la pizarra una opcion valida
la pizarra una opcion valida
La pizarra: una opción válida
23/08/2012
Por: Pedro Molina
23 de agosto de 2012
Hay partidos que no se aceptan perder de ninguna manera y, en esa categoría, se podrían ubicar los clásicos. Nuevamente Boca e Independiente dieron un entretenidísimo espectáculo con un empate lógico que deja mejor parado al "Rojo".
¿Cómo pasó Independiente de no convertir en tres partidos a meter tres goles en 50 minutos y encima en cancha de Boca? Hago la distinción de los “cincuenta minutos” porque la primera parte, pareció una continuación de la derrota con Racing. Poca generación, desastre defensivamente y un rival que se floreaba.
La diferencia estuvo en la reacción y en que un jugador se mantuvo inmune del flojo nivel de sus compañeros. Se trata de Patricio Vidal, un delantero que promete pero en Primera no acumulaba buenas actuaciones. Tres días antes no había estado ni el banco de suplentes.
Vidal no es un jugador que sorprenda por sus cualidades. No es veloz, no es habilidoso ni centrodelantero. Pero algo tiene. En La Bombonera ya había anotado en aquel 5-4 y esta vez no lo hizo pero aportó a su manera. Cercano a las bandas, volvió loco a Cellay por izquierda y en otras oportunidades generó por derecha.
De las chances claras de Independiente, tiró el centro en el penal no sancionado a Farías, dejó en ridículo a Schiavi al inicio, asistió a Santana en el primer gol y en el complemento por derecha de una pared con Russo llegó un cabezazo de Farías que increíblemente no fue gol. Su buen manejo de los dos perfiles, le permitió tirar centros desde ambos lados sin problemas, marcar diagonales y desorientar a una defensa tétrica.
En el once inicial, ningún jugador es característico de las puntas. Ausentes Monserrat y Mancuello pero con Rosales, el juego fue en dimensiones más cerradas. Esto le permitía al tucumano pegarse a la línea y sacarla provecho a ese espacio. Lo más destacado de Pato fue la autosuficiencia, que le venía faltando a Farías y a Leguizamón. De un pelotazo lejano, aunque estuviera sólo y lejos, pudo desequilibrar. No es Garrincha, pero en un momento de nebulosa puso su granito de arena para evitar la derrota.
La inclusión de Paulo Rosales con un jugador de características como Vidal es fundamental. En un 4-4-2, Vidal no sirve, se chocaría con los carrileros y tendría que jugar donde menos pesa: contra los centrales.
En un equipo tan pálido, con muy poco, Vidal pudo ser el mejor. Luego, se retiró con una molestia, pero quedó como una alternativa potable si la delantera experimentada y titular sigue sin encontrar los caminos.