llamada de emergencia
llamada de emergencia
Llamada de emergencia
28/01/2015
Por: Mono Rubino
28 de enero de 2015
Sorpresa. Esa fue la primera sensación que me produjo el inicio del partido en Mar del Plata de Independiente frente a River. Porque si bien la idea del equipo siguió siendo la misma de siempre de jugar por abajo, buscando combinaciones cortas y rápidas, se vió una faceta distinta. Yo la llamaría intensidad. Me es muy difícil ponerle un número al esquema del Rojo hoy, porque la movilidad que se mostró hizo que fuera complicado catalogar aunque podría aventurarme a decir que se jugó con cuatro defensores, Breitembruch, Aguilera, Cuesta y Papa; un cinco de los denominados “tapón” que era el debutante Rodríguez; dos mediocampistas que en ataque eran enganches y a la hora de defender se paraban por delante del volante central que eran Mancuello y Méndez; dos extremos, Pizzini y Pisano; y Albertengo de referencia de área.
El equipo comenzaba sosteniéndose con el pase claro y firme de Diego Rodríguez, para cinco jugadores que se mostraban en ataque constantemente como Mancuello, Méndez, Pizzini, Pisano y Albertengo. Pero no llegaban sólo ellos, ya que Papa o Breitembruch se sumaban según el lado por el que viniera el ataque, lo que dejaba un total de OCHO jugadores a la hora de llegar al arco rival. Hasta tres cuartos el equipo parecía el Barcelona y a la hora de la estocada se fallaba mucho.
En el aspecto defensivo, la clave del primer tiempo fue básicamente la misma de siempre de presionar lo más arriba posible. El “Torito” relevaba muy bien las subidas tanto de Jesús como del capitán. Los centrales estaban activos pero con algunos desacoples con el mediocampo, hecho que terminó con el error de Cuesta en el gol de Cavenaghi, cerca de los veinte minutos. En esta jugada vi la primer señal de que cosas por corregir, ya que Pizzini venía corriendo a Solari que tira el centro y Papa igualmente sale a cerrar ese cambio de frente y en el segundo que tarda en darse cuenta que tenía un compañero al lado, deja el hueco para que el de River tire el centro, llegue el error de Cuesta y Cavenaghi defina suave al costado.
Luego del gol, River tomó confianza e Independiente por esto se atrasó un poco en la cancha. Acá se vió lo mejor del primer tiempo del equipo de Gallardo que toca muy bien la pelota y abre la cancha como pocos. Sin embargo, Independiente pudo haber empatado en una muy buena jugada de Pisano y Méndez que termina pifiando Pizzini. Y de acá en más el equipo fue en caída libre.
Esta caída de la que hablo se debe a que las posesiones ya no eran tan precisas, porque Pity Martínez se puso la pelota bajo la suela y resultaba muy difícil quitársela, porque Albertengo, un jugador explosivo de cara al arco, jugó siempre de espaldas a dos centrales muy fuertes como Balanta y Pezzella que le ganaron todas, y porque, como ya viene siendo costumbre, al equipo necesita de muchas situaciones para convertir. En algún momento me pareció ver que los jugadores querían entrar al arco con pelota y todo y así se dilapidaron varias ocasiones que podrían haber terminado en un remate franco que inquietara a Chiarini.
Para colmo de males, por dos patadas tontas, Jesús Méndez se fue expulsado y con eso, se terminó de la peor manera un primer tiempo que había empezado bastante promisorio.
En el segunda etapa, con el hombre de menos a cuestas, el equipo se mostró confundido y con el correr se fue confundiendo más. Antes de los diez minutos el equipo dilapidó dos contras fundamentales, ambas por malas ejecuciones de un Albertengo que, en el juego que a él mejor le queda, agarro a la defensa a la velocidad pero no mostró la precisión que se necesitaba para empatar y a posteriori, luego de un nuevo error de Cuesta, Mora puso el 2-0 y a partir de ahí el partido fue más de verano que nunca. Siempre con River siendo ampliamente superior que el Rojo.
A esta altura comenzaron los cambios, River, mostrando el gran equipo que tiene hizo ingresar a Pisculichi, Teo Gutiérrez y Sánchez, e Independiente a Benítez, Lucero y Villalba (salieron Papa, Pisano y Albertengo) pero el partido, ya se tornaba insostenible para el equipo de Almirón, porque no tenía la pelota y le costaba horrores recuperarla, cosa que queda en evidencia en el tercer gol de River que convierte Mayada. Y no tengo nada para decir del cuarto, que fue una muestra cabal de lo que fue el partido, una defensa mal parada, un Millonario que llega tocando con claridad y con la frutilla del postre de que había un hombre absolutamente sólo dentro del área, que puso cifras definitivas a un partido que de competitivo tuvo pocos minutos.
En conclusión, el partido de Independiente me pareció malo en todo aspecto. No me puedo quedar sólo con un “prometedor” inicio. Ya que le costó muchísimo al equipo llegar con claridad a tener jugadas de peligro y tuvo varios desacoples defensivos. La expulsión de Méndez desacopló todo lo que se podía llegar a intentar. En el aspecto individual, Diego Rodríguez pareció el refuerzo más interesante, por su fuerza para ir a quitar y por su pase claro y acertado en varios momentos. Albertengo jugó en una posición donde claramente no debe hacerlo, los centrales lo comieron todo el partido y eso claramente le quitó piernas para poder decidir bien en los momentos que quedaba de frente y mano a mano. El partido demostró que hay muchísimo, demasiado, para mejorar, aunque no creo que tampoco este sea el nivel real de este plantel, pero si, debe ser una llamada de emergencia para que estos errores no se repitan en los partidos por los puntos.