merece paciencia
merece paciencia
Merece paciencia
02/02/2015
Por: Javier Brizuela
2 de febrero de 2015
(COLUMNA DE OPINIÓN) La preocupación por la derrota en el clásico está fresca. Se agrega incluso la del cero cuatro de unos días atrás y hace que duela más. Partido de verano o no, una camiseta roja no puede perder ante Racing, lo dice la historia, esa que muestra una diferencia que sigue siendo de 23 por más que a los nietos les encante contar boludeces. Molesta y mucho ser superado ante el rival de siempre. Ver que tienen dos delanteros de los que nos faltan y que encima están en estado de gracia, lejos del que muestran los nuestros.
El partido de ayer fue uno o varios pasos atrás para los que somos optimistas con lo que pueda pasar con Almirón y su equipo. Pero es hoy cuando debo admitir que lo sigo siendo, que creo que se puede mejorar lo conseguido el semestre pasado y confío en este técnico. No me gusta como jugó el equipo anoche, tampoco los modos de lo que sucedió con el Rolfi, pero sigo valorando lo que se consiguió, con quienes y la manera de lograrlo.
¿Todo por 33 puntos en un torneo? Sí y no…
Si porque el fútbol es en un gran porcentaje resultado, si la pelota entra en el arco vale y sino no, así de simple. Al gol poco le importa si es concebido luego de un rebote en las dos piernas de un delantero horrible o si la pelota pasó a un centímetro del palo luego de un exquisito toque de un genio que eludió a tres rivales y el arquero. Como dicen en el barrio, corta la bocha. Si este técnico consiguió esa cantidad de puntos y estuvo en la conversación de un torneo con un plantel que venía de ascender por la ventana, saliendo tercero en el Nacional B jugando pésimo, no se lo podemos adjudicar solamente al azar. ¿Debe ser un veterano de guerra para darle algún mérito? ¿Es lógico pensar que todo fue por Mancuello, que venía jugando de tres con otros entrenadores y cada vez que enfrenta una cámara elogia el trabajo de Almirón? Con los imponderables propios del fútbol (es impredecible saber como Albertengo o Rodríguez van a rendir con nuestra camiseta, por ejemplo), ¿no merece al menos tener la chance de mostrar lo que puede hacer con los refuerzos que pidió y luego una pretemporada armada por él?
Y no es todo por los 33 puntos porque de la mano de este entrenador he visto un plantel flojo jugar bien varios partidos, intentando por abajo, respetando la pelota, yendo al frente atacando con muchos jugadores. Y lo hice semanas después de ver a los mismos intérpretes no llegarle al arco a Patronato, no ganarle a Almirante Brown o Villa San Carlos. Lo hice en un Club que hace mucho no está a la altura de su historia. Vi una idea después de años acorde con el paladar de la Institución, que ejecutada por el actual plantel da resultados diversos, pero que a mi entender es una apuesta más que interesante para volver a ser.
Es ridículo pedir resultados de antaño con una plantilla que no le puede atar los cordones a las glorias que pasaron por el Club. Y más insensato aún viendo que en las últimas dos décadas se ganó un solo campeonato local. ¿Con qué cara podemos decir que Almirón está en la cuerda floja o se le puede reprochar no haber conseguido el título con un plantel repleto de pibes que provienen de unas inferiores que no tienen según Griffa (que algo sabe de fútbol) mentalidad ganadora? ¿Cuál es la capacidad de análisis de alguien que le dice cagón y defensivo a un técnico que puso seis o siete camisetas rojas en el área rival en varios pasajes del torneo pasado, algo que casi habíamos olvidado?
Tiene errores y se jugó mal muchos partidos, eso está claro, anoche es una muestra. Pero es algo que pasó con todos los técnicos desde que tengo memoria y a ninguno se lo bastardeó tanto. Es insólitamente bizarro que se lo putee porque no consigue hacer lo que es el único en años que lo ha logrado de a ratos o que como mínimo lo intenta casi siempre. Que el Independiente actual, el del torneo pasado, al menos por unos instantes pueda mirar a los ojos al Rey de Copas sin avergonzarse. Que trate de jugar al fútbol, de pasar por arriba a un equipo chico en Avellaneda. ¿Suena exagerado no? Si, puede ser, tan exagerado como la diferencia que hay entre Pisano y el Bocha, Benítez y Mura, Villalba y el Chivo o el Ruso y Pepé, para citar solo algunos ejemplos.
Este técnico nos pide paciencia, nos dice que tiene la convicción de que el equipo va a jugar bien y hacer una buena campaña. Hoy, con la derrota en el clásico de verano fresca, creo que lo merece.