mucho por demostrar
mucho por demostrar
Mucho por demostrar
26/02/2015
Por: Zurdo Lopez
26 de febrero de 2015
Mezclando algunas apreciaciones entre los dos partidos, considero que el primero se le presentó a Independiente para jugar de contraataque. Así se sintió cómodo porque estaba bien agrupado defensivamente y la transición defensa-ataque fue muy rápida; aprovechó bien los espacios para ponerse en una cómoda ventaja.
No obstante, al alcanzar Newell’s el 2 a 2, desdibujó lo hecho anteriormente por el equipo de Almirón y así el partido quedó para cualquiera. Pero el poder individual que tiene el equipo con algunos jugadores como Mancuello, en una jugada excepcional ante un magistral pase desde la posición de enganche de Pisano, definió el partido y los tres puntos vinieron para casa.
El segundo partido se presentó diferente de acuerdo a la propuesta de Sarmiento de Junín, donde el equipo tenía que encontrar el desequilibrio a través del juego o la individualidad. Además, en el centro del campo, en la zona de Rodríguez y Mancuello, el ‘Kiwi’ tenía tres hombres: uno por izquierda, otro por derecha y el número 5 en el centro, delante de la línea que respaldaba, haciendo un dos contra uno defensivo en el mediocampo, o incrustándose en la línea del zaguero cuando el equipo llegaba al área. Al no haber un enganche, el volante rival se sentía muy cómodo en la tarea que llevó a cabo.
Por ese motivo, Mancuello se vio más afectado por la desventaja numérica en su sector, y, a la vez, esta desventaja no nos permitía tener una buena recuperación de balón ni hilvanar buen juego. Así, Sarmiento a lo largo del partido tuvo mejor posesión de balón que nosotros. El desequilibrio quedó a cargo de Pisano exclusivamente, por la banda o, a veces, ubicándose en la posición de enganche para recibir. Como no siempre se pudo encontrar en esa posición, el equipo no encontró un volante con ubicación ofensiva por el centro para apoyarse e ir desdoblándose o adelantando líneas.
Sarmiento tuvo opciones de gol más importantes que nosotros, incluso en el primer tiempo, donde nos salvamos de milargo. Y al estar en desventaja 1 a 0 a los 40 minutos del segundo tiempo, cuando ya parecía inevitable la derrota, nuevamente el recurso individual que tiene este equipo, esta vez priorizado por el Trencito Valencia y culminado de lujo por Pisano, nos dio un empate muy valioso.
La sensación post-partido es que no empleamos todo el poderío real del plantel, porque no se pudo comprobar qué hubiese pasado si Pisano hubiese jugado de enganche todo el tiempo, más teniendo en cuenta la organización táctica del rival; la historia hubiese sido otra. También, podría haber cambiado con más tiempo de juego de parte de Valencia, quien de acuerdo con lo visto y lo que se conoce del jugador, podría haber aportado más opciones con su juego, incluso por la banda, donde también tiene virtudes de desequilibrio.
La ausencia por lesión de Pizzini, que disminuye la capacidad del equipo, me hace pensar que cuando Almirón dijo “vamos a andar bien”, es porque nadie mejor que él sabe que el equipo tiene bastante más para mostrar y demostrar.