casi
casi
No lo aguantó
16/03/2014
Por: Lucas Riggio
16 de marzo de 2014
Independiente comenzó ganando 2 a 0, pero se lo empataron. Pudo convertir el tercero, pero Banfield se quedó con la última y el partido finalizó igualado en 3 a 3. Fredes, Penco y Rodríguez convirtieron para el Rojo, mientras que Salcedo (2) y Noír lo hicieron para el Taladro.
Los tres partidos consecutivos finalizados en derrotas obligaban al equipo dirigido por Omar De Felippe a traerse tres puntos al Libertadores de América.
Por eso el entrenador rojo apostó por poner en el campo de juego un 4/4/1/1 que tenía a Sebastián Penco de delantero (por el aún no recuperado Facundo Parra), Hernán Fredes de doble cinco con Marcelo Vidal, Lucas Villalba nuevamente por el lateral izquierdo y Martín Zapata por derecha
El partido comenzó con un Independiente que mostraba ánimos de salir a atacar y hacerse dueño de la pelota. Cuando no podía hacerse del balón, esperaba al conjunto local en mitad de cancha, desde donde comenzaba la alta presión con intención de recuperar el dominio. Sin embargo, una de las principales características del elenco conducido por Matías Almeyda, es justamente la presión sobre sus rivales. Y ese fue, probablemente, el principal fundamento de por qué los primeros minutos del partido eran sumamente parejos para ambos equipos. Poco juego en el medio y muchas oportunidades de poca profundidad. Un partido de ida y vuelta se comenzaba a notar en el estadio Florencio Solá.
La primera del Rojo, en cambio, llegó a los 8. Fredes fue víctima de una infracción cometida por Walter Erviti y el Rolfi Montenegro tuvo la oportunidad de demostrar su pegada, no obstante, el remate salió débil y desviado.
Llegando a los 10 del primer tiempo, el encuentro era dinámico y parejo. No existía un dominador claro del balón y era cuestión de minutos para que alguno abriera el marcador y comenzara a marcar la diferencia en el juego. El Rojo trataba de jugar rápido, a los toques, pero le costaba tener profundidad en los últimos tramos de la cancha.
A los 25, sin embargo, llegó el primer festejo del match. Fredes, cuando nadie lo esperaba, sacó un fuerte remate de afuera del área y clavó la pelota en el palo derecho defendido por Enrique Bologna, quien se mostró impotente ante la violenta pegada y el traicionero pique.
Aún así, no iba a ser todo. Tan sólo 3 minutos más tarde, una magistral jugada entre Montenegro y Mancuello -que terminó en el remate del último- hizo que la pelota le quedara servida a Penco para anotar el segundo tanto de Los Diablos Rojos.
Después del segundo gol que silenció el estadio, Independiente comenzó a mostrarse más seguro en el juego y dominador de la pelota. Incluso pudo haberse ido con más ventaja si no hubiera sido por la chance desperdiciada de Fredes, que remató al arco y se encontró con la salvada de la defensa local.
Y así, el conjunto dirigido por De Felippe se fue al vestuario ganando justificadamente el partido por 2 a 0. ¿La mala? Muchas faltas cometidas que desencadenaron en las amonestaciones a Fredes, Mancuello y Villalba.
En el comienzo del complemento, Banfield tuvo la primera clara. A los 8, una distracción en el área hizo que la pelota le llegara limpia a Santiago Salcedo, quien estaba sólo frente a Rodríguez, y luego de rematar, la pelota se estrelló contra el palo.
Pero el Rojo respondió un minuto más tarde. Sebastian Penco dominó la pelota y, en un mano a mano con Bologna, terminó ganando el “1”. Igualmente la pelota rebotó y le quedó al Rolfi, quien remató pero la redonda se fue arriba del travesaño.
Y en este contexto, entre tanta ida y vuelta, los locales se vieron favorecidos. A los 11, la redonda quedó picando fuera del área y Ricardo Noir remató como venía para clavarla junto al palo derecho de Rodríguez. El partido se ponía 2 a 1 y abría nuevamente el marcador. Tres minutos después, Mancuello se retiró, por cansancio, para el ingreso de Pizzini.
El Rojo sintió el nerviosismo por el descuento y Gabriel Vallés cometió una falta ganándose la amarilla. El tiro libre fue direccionado para Bertolo, quien cabeceó de excelente manera para una mejor respuesta del Ruso que la desvió al corner.
A los 17, llegó el empate y, nuveamente, el sabor agrio para Independiente. Un centro de Tagliafico encontró a Salcedo, quien cabeceó y convirtió el tanto para la igualdad que desataba el nerviosismo del Rojo.
El empate local provocó que el partido se pusiera tenso y que ambos equipos cometieran a meter más de la cuenta. Mucho roce, mucha marca, mucha pierna y pocas situaciones en esos 10 minutos.
A los 26, Independiente iba a volver a sonreír. Villalba hizo una buena jugada, se infiltró en el área y le cometieron una infracción. Sí, penal para el Rojo. ¿El encargado? ¿Montenegro? No. El Ruso Rodríguez. El arquero tomó carrera y la colocó rozando el palo derecho de Bologna. Era 3 a 2 para el elenco de Avellaneda que festejó en un estadio que quedó mudo.
A esta altura, con o sin sufrimiento, no se podía negar el hecho de que se trataba de un tipico “partidazo”. Pero iba a aparecer un condimento más para aumentar los nervios: Hernán Fredes, quien ya estaba amonestado, cometió una nueva falta que le costó la tarjeta roja, dejando a Independiente con 10. Incluso, en esa misma jugada, hubo un claro penal, a favor de Banfield, no cobrado por el árbitro Delfino. Quien ingresó para ocupar el mediocampo, fue el “pibe” Bellocq, quien ingresó en lugar de Sebastián Penco.
A los 37, por una falta al borde del área provocada por Tula (quien también recibió la amarilla), Salcedo tuvo la chance de igualar nuevamente la disputa. Sin embargo, y para la alegreía de los hinchas rojos, la pelota terminó rebotando en el palo izquierdo. Faltando 5 minutos para que se cumplieran los 90, De Felippe decidió sacar a Zapata para ingresar a Cristian Menéndez, obligando a Montenegro a ocuparse de la banda derecha.
Cuando se completaron los 45, insólitamente, se marcaron 5 minutos más de descuento. Y Banfield, que lo buscaba, consiguió el agónico empate en los pies de Salcedo que igualó el partido a los 47, después de haberse encontrado con la pelota en el área. Y, como si eso no fuera poco, Noír estuvo a centimetros de darlo vuelta luego de un fuerte remate que besó el palo.
Independiente no aprovechó la ventaja inicial y el partido terminó mejor para el Taladro. Ambos tuvieron chances de ganarlo y perderlo, sin embargo, quedó un sabor agridulce por haber desaprovechado una nueva oportunidad de sumar puntos.