Ahora que los hinchas podemos disfrutar de un Libertadores de América terminado después de diez años de muchas mentiras y pocas obras, es hora de ocuparse de un tema que viene molestando mucho a los socios.
Estamos hablando de los accesos al estadio, que hace rato vienen trayendo una innumerable cantidad de problemas, que lejos de una solución, parecen profundizarse fecha tras fecha. Salvo en los de la tribuna Erico, en el resto de los accesos hay inconvenientes.
Del lado norte se registraron incidentes en todos los partidos que el Rojo disputó en Avellaneda. Los peores se dieron en Alsina y Bochini, antes del disputado frente a Alianza Lima.
Estos problemas derivaron en represión a los hinchas. O sea que luego de hacer un esfuerzo enorme para costear el actual precio de las entradas (la AFA encima decidió un nuevo aumento y llevó a $250 el valor de las populares, que si bien no se venden, sirven para fijar precios para las plateas) y todos los gastos que conlleva ir a la cancha y soportar los embudos y filas porque los accesos son insuficientes, los simpatizantes son además víctimas del mal humor de los trabajadores de Utedyc y violencia policial.
Para colmo el sistema de reserva de bonos online, que es algo positivo, no siempre funciona bien y eso atrasa y empeora todo más aún. Lo mismo ocurre con la decisión por ejemplo de pedir el DNI a la gente antes de ingresar; aplaudimos la iniciativa, es una herramienta positiva sin lugar a dudas. Pero después de todo lo mencionado no les queda predisposición a los socios para seguir esperando, sobre todo cuando muchas veces esos mismos policías se corren para dejar pasar a otros grupos de hinchas.
Del lado sur las noticias no son mejores y nos encontramos con un solo acceso para dos tribunas. Es decir que 15.000 hinchas deben entrar por un acceso con diez molinetes y dos portones que encima a la hora del ingreso no están abiertos en su totalidad.
Antes de esto deben hacer una fila que recorre toda la calle Sagol hasta que la policía la limita solamente a la vereda, algo que suele generar disturbios cuando se acerca la hora del partido. La siguiente foto fue tomada cuando ya había salido el equipo para enfrentar a Rafaela el sábado.
Y como si esto fuera poco, un gran porcentaje de los que concurren a las tribunas del lado sur, llegan al estadio desde el otro lado de las vías, donde por ejemplo está el Alto Avellaneda, a través de los terrenos del estado que limitan con el ferrocarril Roca. Terrenos que no están restringidos y que hasta tienen un camino marcado por la gran cantidad de hinchas que lo recorren cada vez que juega Independiente. Y si ya era difícil llegar a la calle Sagol por ahí, ahora lo es aún más ya que se colocó un portón de metal en donde la gente pasaba. Por lo tanto ahora se ve en la obligación de caminar unas veinte cuadras de más, o trepar hasta cruzar las vías y "caer" (en muchos casos literalmente) en la calle Sagol.
Es menester que dirigentes, gobierno y organismos de seguridad se reúnan y tomen las medidas necesarias para solucionar esto. Porque hay que hacerlo ahora, antes de lamentar víctimas.