previsible
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Previsible
30/10/2016
Por: Gonzalo Rivera
30 de octubre de 2016
Independiente jugó un partido irregular ayer y no pasó del cero ante un tímido Gimnasia de La Plata, que llevó a cabo el planteo que más perjudica al equipo de Milito. El Rojo, a diferencia de otros encuentros, generó situaciones de peligro, aunque cayó repetidas veces en el mismo tipo de búsqueda.
Cuando Silvio Trucco pitó en el cierre del partido, imagino que a nadie le quedaron dudas de que, en caso de ser por merecimientos, los tres puntos se tendrían que haber quedado en Avellaneda. Sin embargo, y sin olvidar las ocasiones de gol que generó Independiente, el problema estuvo en las formas.
Estos inconvenientes quedaron marcados en la primera etapa, cuando el equipo dirigido por Gabriel Milito atacaba mecánicamente: salida del fondo – abertura a los extremos – centro al doble nueve. Eso fue todo.
Gimnasia vino al Libertadores de América con la intención de que se diera ese tipo de partido, y el planteo del Mariscal, con Diego Vera y Germán Denis como referencias en el ataque, le facilitó la tarea al sistema defensivo ideado por Gustavo Alfaro.
En el inicio de la segunda etapa, el equipo intento avasallar al Lobo, con más empuje que fútbol, aunque el correr de los minutos disminuyó la presión sobre el arco de Arias y retornó el juego a la impotencia de ataque que se había observado en el primer tiempo. En consecuencia, Milito sacó a Denis para darle movilidad al equipo e introdujo a Ezequiel Barco.
Más allá de algún arresto individual del juvenil, el Rojo ingresó en la desesperación de la gente y, sumado a la falta de ideas, complicó aún más las chances de llegar con claridad al arco de Gimnasia.
El empate en Avellaneda deja un balance negativo del equipo, ya que el aprovechamiento del esquema estuvo lejos de ser el ideal, debido a la previsibilidad que se generó en ataque. Allí deberá trabajar Gabriel Milito para volver a aquellos buenos momentos de fútbol que se observaron, por ejemplo, ante Lanús o Godoy Cruz.