Hernán Fredes nunca pasó desapercibido por Avellaneda y hoy no fue la excepción. Si bien no fue importante su participación dentro del campo de juego, afuera la gente tuvo en cuenta su presencia. En los ocho años que jugó en el Club despertó aplausos y odio casi a la par y esta noche, en su retorno al Libertadores quedó demostrado, a pesar de que fueron más los que no lo trataron bien.
Hubo banderas a favor y en contra del volante surgido en las inferiores y cuando Martín Palermo lo incluyó faltando 15 minutos no fueron pocos los que aplaudieron su ingreso, aunque la mayoría reprobó con silbidos al mediocampista de 27 años cada vez que tocó la pelota.
El jugador, que tuvo un paso por el Metalist de Ucrania y que aún no logró ganarse la titularidad en este flojo equipo, pasó silbando bajito.
Edicion Nº
1859 correspondiente al día
18/08/2025 |
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