Independiente se llevó los tres puntos del José Amalfitani sin jugar un gran partido pero siendo efectivo con las pocas llegadas te tuvo y sólido en defensa.
Con la polémica decisión de dejar a Germán Denis en el banco de suplentes, Mauricio Pellegrino volvió a su disposición táctica predilecta con dos volantes centrales, tres mediapuntas y un solo punta. Aquino se movió por la derecha, el Cebolla por el centro y Rigoni por izquierda. En general, esa era la propuesta ofensiva del equipo, ya que los laterales pocas veces se mostraban como opción y ni Ortíz, ni Méndez llegaban para ser una opción de pase.
Ninguno de los volantes centrales llegaba porque el juego no se basaba en tener la pelota arriba y mantener la posesión, sino que la pelota la tenía Vélez y los jugadores se replegaban hacia la mitad de cancha para presionar desde allí y salir en velocidad por las bandas. Esto se vió reflejado en pocas ocasiones de gol, aunque por su parte, al local le costó horrores incomodar el arco defendido por Campaña.
Luego del grosero error de Assmann y del gol de Ortíz, esta tesitura se acentó y la solidez fue la mayor virtud mostrada en el campo de juego. Las llegadas era casi todas arrebatos individuales, como el gran disparo de Leandro Fernández o algunas llegadas hasta el fondo de Rigoni.
Tanto el ex-Belgrano como Aquino fueron de lo mejor del equipo, haciendo ancho el campo de juego en los ataques, pero también ayudando mucho en la presión cuando el local avanzaba, sobre todo usando la punta derecha para explotar la habilidad de Toledo.
En el segundo tiempo el Cebolla dejó el centro y se plantó como un delantero más, transformando el sistema en un 4-4-2 manteniendo la idea de recuperar cerca de la mitad para salir de contra golpe y en estos minutos se vió lo mejor del equipo. Los volantes que iban por las bandas fueron los que más lastimaron, ayudados por la movilidad y buenas decisiones que tomó Fernández, como en la del segundo gol, que terminó en gol de Emiliano Rigoni.
Y lo visto en el segundo tiempo fue muy bueno porque el Fortín fue a buscar el descuento y en defensa quedaba bastante desprotegido, por eso la velocidad de los jugadores de ataque lastimó constantemente la contención rival. Quizá el mayor error del equipo haya sido no aprovechar las tres o cuatro chances que generó en los 20 minutos finales para golear a un rival que fue muy flojo.
Importantes tres puntos se lleva el equipo en este partido. Su mejor virtud fue no confundir a qué iba a jugar y cómo iba a plantear el partido. No se quedó en el híbrido de intentar ser ofensivo y jugar a la contra. Luego queda en cada uno de nosotros decir si nos gusta más o menos, pero hoy el equipo supo a qué jugó y no erró en su camino, algo en lo que venía fallando y que era una constante crítica a Pellegrino.
Como Independiente nunca terminó de bajarse de la lucha hoy sigue prendido y cerca de los punteros. Pero estos tres puntos no sirven de nada si no se reafirman con otros tres puntos en el clásico ante Racing. Se viene otra muestra de carácter, otro momento importante, ¿será el momento en que el equipo se quite el karma de los partidos importantes?.