tactica desconcierto y victoria
tactica desconcierto y victoria
Táctica: Desconcierto y Victoria
27/08/2014
Por: Mono Rubino
27 de agosto de 2014
Había que tomarse un tiempo después del partido ya que las sensaciones en caliente nos dejan
una visión de lo que sucedió que no es la correcta. Afortunadamente, el equipo ganó pero eso no
nos tiene que hacer ver que se jugó bien.
Nuevamente Jorge Almirón paró un equipo distinto a las anteriores presentaciones, con muchas
variantes tanto en los nombres como en el esquema de juego. Esta vez, Independiente salió, de
buenas a primeras, con su sistema “predilecto” 3-5-2. Los centrales fueron Breitembruch, Tula y
Cuesta. En el medio campo, haciendo los laterales estaban Rodrigo Gómez y Sergio Escudero, que
al momento de defender se ponían en línea defensiva conformando un bloque de cinco. El medio
campo se lo repartieron entre Jesús Méndez, tirado por del medio a la derecha; Franco Bellocq en el
centro, intentando aportar salida clara y recuperación; y Federico Mancuello corrido a la izquierda.
El enlace entre estos jugadores y Sebastián Penco, único delantero, fue el Rolfi Montenegro.
En los primeros minutos se realizó una muy alta presión sobre la salida de Olimpo, pero el
equipo se fue atrasando y perdiendo fuerza en la recuperación con el correr de los minutos, y por
eso el conjunto bahiense aprovechaba las espaldas de Droopy y Escudero para generar situaciones
de gol, motivados por la velocidad de sus extremos Cuero y Vega.
En el apartado ofensivo, el equipo al principio se mostró tocando en corto por el medio, de
manera rápida y encontró a un Montenegro muy participativo, que con altibajos fue la manija y
quien hizo jugar a sus compañeros (lo poco que jugaron). Con el correr de los minutos, empezaron
a obviar el pase al Rolfi y volvieron los tan mentados cambios de frente que poco rédito le dan al
equipo ya que no tiene jugadores con buena pegada y precisión. El equipo recostó sus jugadas más
por el lado derecho con Montenegro y Droopy Gómez, por que por el lado contrario no pasaba
Escudero (no es su principal virtud). Se notó mucho la falta de movilidad y de asociación en medio,
estuvo la intención pero por momentos, parece que los jugadores no son los adecuados, ya que,
por ejemplo Jesús Méndez se mueve por todo el medio campo dejando por momentos al equipo
desbalanceado y le cuesta mucho generar con la pelota en los pies.
En el segundo tiempo, el rendimiento colectivo bajó mucho. Los jugadores parecían cansados y
la forma que propone Independiente requiere de movilidad y rotación constante. Así fue como en
una desatención llego el gol de Olimpo y todo parecía volverse negro.
El primer cambio del DT fue el de Lucero por Méndez, pasando a formar un 3-4-1-2, con
Bellocq y Mancuello de doble cinco y el recién ingresado al lado de Penco. Sin embargo, nada
sucedió, ya que la pelota se perdía rápido y todo moría en centros intrascendentes para los
delanteros. Luego, con la entrada de Marcelo Vidal por Sergio Escudero, llevó a Mancuello a su
posición natural sobre la banda izquierda. Aquí el equipo se adelantó en la cancha y comenzó a
empujar, no de manera clara, pero con coraje. En este punto no podemos hablar mucho de táctica,
ya que Olimpo estaba muy tirado atrás y tenía un hombre menos e Independiente intentaba con
muchas limitaciones.
El cambio que terminó de inclinar la balanza fue el de Pisano por Gómez. Aquí el equipo se paró
3-3-1-3 con el medio conformado por Bellocq, Vidal y Mancuello, con Montenegro de enganche y
arriba Pisano, Lucero y Penco. La busqueda estaba por afuera, metía mucha gente en el area, pero
los centros no eran precisos.
Finalmente, llegaron las jugadas que nos dieron alegría, una con un gran desborde y centro
del ex Chacarita, para que “Motoneta” la empujara abajo del arco, y pocos minutos después una
soberbia habilitación de Rolfi (que ya jugaba parado) para Mancuello que definió excelente de tres
dedos.
Es realmente muy difícil analizar el partido tácticamente, parece que al equipo no le salió nada
de lo que pretende, ni la presión, ni la precisión, ni la asociación, ni la movilidad. Pero se ganó, y es
importante, sobre todo para la moral. La idea que Almirón quiere imponer es complicada de llevar a
cabo, y sin duda es mejor hacer ese proceso con victorias que con derrotas.
Independiente tiene mucho que mejorar de cara al clásico, que será nuevamente, un partido clave
en esta historia.