La Liga Profesional de Fútbol Argentino presentó el nuevo formato que regirá el torneo de 30 equipos en 2025, y nuevamente surgen cuestionamientos sobre la planificación y la falta de estabilidad en el fútbol argentino. Con una estructura que divide la temporada en dos competiciones -la Copa de la Liga en el primer semestre y la Liga "todos contra todos" en el segundo-, los cambios constantes y la ausencia de un rumbo claro parecen ser la norma, generando incertidumbre tanto para los clubes como para los hinchas.

Inestabilidad en el formato:

El próximo año comenzará con una Copa de la Liga dividida en dos grupos de 15 equipos, de la cual clasificarán los ocho mejores de cada zona para jugar los octavos de final y avanzar en una fase de eliminación directa hasta la final. Luego, a mitad de año, se disputará una Liga de 30 equipos en formato de "todos contra todos", completando 29 fechas. Este modelo es un cambio respecto a temporadas recientes y refuerza la sensación de improvisación en la organización de los torneos. La falta de un formato sostenido en el tiempo no solo genera confusión, sino que también atenta contra la planificación de los clubes y el desarrollo de proyectos deportivos a largo plazo.

Cambios sobre la marcha:

La anulación de los descensos en la actual temporada, un cambio introducido ya en pleno desarrollo del torneo, es otro ejemplo de cómo el fútbol argentino sigue tomando decisiones de manera intempestiva y sin coherencia. Esta medida, que beneficia a ciertos equipos en apuros, genera una competencia desigual y transmite un mensaje de falta de profesionalismo. Los equipos, que en un principio enfrentaban el desafío de evitar el descenso, ahora ven alterados sus objetivos, lo cual desnaturaliza la competitividad de la Liga. Con esta nueva estructura de 2025, surge la duda de cuántos de estos cambios seguirán surgiendo a medida que avance el torneo, ya que la incertidumbre parece ser la única constante.

La falta de previsión perjudica a los hinchas y al espectáculo:

La cantidad de modificaciones en el formato y la ausencia de un plan a largo plazo terminan afectando a quienes realmente sostienen el fútbol: los hinchas. La Liga Profesional parece apostar por la complejidad y los ajustes temporales en lugar de ofrecer un torneo sólido y transparente que mantenga el interés a lo largo de la temporada. Sin un esquema estable, se desdibuja la esencia de la competencia y se aleja al público que busca claridad y regularidad en los campeonatos.

Este nuevo formato para 2025 es solo un capítulo más en la historia de los cambios y la improvisación en el fútbol argentino. La expectativa de una estructura seria y consistente queda, una vez más, en el aire.