Me permito mirar el vaso medio lleno, a pesar del molesto 1 a 0 que Independiente sufrió en Tucumán. Más allá de la derrota mínima, y que aún quedan 90 minutos en Avellaneda, haber sufrido tal golpe permite encender varias señales de alerta -a corregir en lo inmediato-, pensando en lo que será el partido de vuelta el 12 de septiembre.
El encuentro ante Atlético Tucumán exhibió al máximo las debilidades de Independiente, que jugó tranquilo, sin ese olfato en busca de sangre que lo trajo hasta acá. Mantuvo el mismo esquema a pesar de la partida de Rigoni, solo rotaron algunos nombres (factor no menor) en relación a la última victoria ante Deportes Iquique, en Chile. El 4-2-3-1, flexibilizando la línea de los 3 volantes/delanteros, no fue el único punto adverso a destacar en la noche tucumana.
Para empezar, el ingreso de Togni por Rigoni y Albertengo por Fernández modificaron notablemente el funcionar del equipo. Principalmente porque Togni es muy zurdo, algo que, en situaciones, lo lleva a encerrarse en sí mismo y a perder la pelota. Está claro que tiene empuje y muestra buenas credenciales, por lo que solo quedará esperar que se afiance y el equipo lo potencie.
El partido de Albertengo es, quizás, el punto más flojo a nivel grupal. Su actuación reflota la imperiosa necesidad de reforzar ese puesto. Con el correr de los minutos, comenzó a crecer a sensación de que el ex Atlético Rafaela (aún cuando convierte goles) se muestra incómodo, quizá inconexo con el equipo, perdiendo fácil cualquier pelota, sin permitir que en ese “descanso” los mediocampistas puedan romper la línea y llegar al ataque.
Enfrente, Atlético Tucumán. El equipo de Ricardo Zielinski planteó un 4-1-3-2, esquema que alcanzó con éxito su propósito: tapar la salida de Bustos y Tagliafico, presionando la recepción que pudieran obtener Nery Domínguez o Torito Rodríguez. Fue el capitán de Independiente quien sufrió -a dúo con Amorebieta- la jugada que culminó con el gol del Pulga Rodríguez. Laterales adelantados, Ismael Blanco entre los centrales y la subida de Aliendro, que colocó el centro atrás para el tanto tucumano.
Y ahí es donde Independiente perdió el partido. La superioridad numérica en mitad de cancha, sumada a la presión constante que recibió el doble 5 rojo, fue el factor clave que pensaron y ejecutaron los tucumanos para evitar que Independiente rompa la línea media y logre llegar al área rival con 4 ó 5 jugadores, algo que suele darse con facilidad.
En el segundo tiempo, Independiente tomó el control de la pelota en los primeros minutos, pero careció de profundidad. A los 15 minutos, Leandro Fernández ingresó por Rodríguez, atrasando unos metros a Meza para darle una compañía a Albertengo en el ataque. La paciencia no jugó a favor de Independiente, que salvo por alguna subida de Bustos y el manejo de Nery Domínguez, no tuvo la claridad para llegar al empate.
La inclusión de Benítez por Barco (desaparecido) no modificó el panorama. El juvenil comenzó por la izquierda y luego pasó a la derecha, Se lo notó incómodo y solo pudo generar alguna acción favorable cuando se asoció con Meza, a quien estaría bueno verlo por las bandas, explotando el desequilibrio que
Una jugada sobre el final pudo haber sido el 1 a 1, aunque a esa altura las falencias defensivas ponían en riesgo un resultado revertible en Avellaneda.
Está claro que toda esa jerarquía individual que llevó a Rigoni a Rusia fue la que Holan no pudo encontrar en el tridente ofensivo. Ninguno de los tres, ni juntos ni por separado, con Fernández o Benítez, pudieron suplir al futbolista más desequilibrantes que tuvo Independiente en los últimos partidos.
Para la revancha, queda la esperanza de que arriben -al menos- dos refuerzos para ser variantes en el ataque. También la incertidumbre de lo que hará Holan en cada línea. La inclusión de Sánchez Miño como lateral, devolviendo a Tagliafico como central, será una variante necesaria para ganar la salida por el sector izquierdo y romper con ese bloque de presión que volverá a proponer Atlético Tucumán. Independiente va a atender estas cuestiones y dará vuelta la serie. Pero tranquilos, muchachos, esto recién empieza.