Era una noche para coronar una saludable mejoría. Si bien no se había visto un fútbol total, estábamos asistiendo a una de las mejores producciones del Independiente de Pellegrino. Con raptos de buen fútbol asociado y generando varias situaciones claras de gol, aunque fallando insólitamente en la definición como viene ocurriendo últimamente. Pero Darío Herrera se sumó a la lista de árbitros que se mueren de ganas de cobrarnos penales en contra y consiguió que Estudiantes empatara casi sin patear al arco. Una lástima que el árbitro no haya tenido la misma predisposición que tuvo para considerar intencional la mano de Toledo, la falta de Damonte que sacó del partido a Aquino y ni siquiera le mostró amarilla. Independiente lidera la tabla de penales en contra y va último en la de penales a favor. Acá no hay una mano negra. Hay una mano Blanco.
Después, el equipo mostró su peor falencia: poca rebeldía y carácter para dar vuelta la historia y sobreponerse a la adversidad. Tras el 1-1 y la correcta expulsión de Mendoza, solo generó la clara situación que desperdicia Trejo y la imagen del final pintó al equipo de cuerpo entero. Había que tirar la pelota al área porque era la última bola de la noche y el partido se murió con Méndez sin saber qué hacer con ella.
Se vio un equipo más dinámico de mitad de cancha en adelante. Con más decisión y entrega que la que había mostrado en los últimos partidos. Siendo muy superior al rival y mereciendo largamente la victoria. Tal vez la bronca tenga que ver con eso. Las injusticias nos dan impotencia.
Otro gran partido de Cuesta, ratificando su levantada. Destellos de un Cebolla que demuestra que es diferente pero evidentemente no está en plenitud física. Y un Vera cada vez más indiscutido, no solo por sus goles sino por su despliegue y entrega para el equipo. Albertengo sigue desconocido y sin recuperar la memoria y sigo sin entender la inclusión de Vitale en el primer equipo. Espero que cuando el Torito Rodriguez esté para volver no tengamos que seguir viendo en cancha a un juvenil que, a mi criterio, le queda enorme la mitad de la cancha de este Club. No marca, no juega, se mete demasiado atrás, no anticipa, le cuesta ser salida clara y necesita siempre un tiempo más para controlar la pelota.
Celebro la mejoría en el juego y en la actitud hasta el empate que consiguió Estudiantes a través de Herrera. Hay que hacer foco ahí y tratar de repetir y extender todo lo bueno que se hizo hasta ese momento y evitar los pozos anímicos y futbolísticos que se vieron sobre el final. Tenemos que duplicar el esfuerzo porque parece que vamos a seguir jugando contra 12 o 13. Porque, parafraseando a Gary Lineker, el fútbol es un deporte de once contra once en donde siempre le cobran un penal en contra a Independiente.
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1859 correspondiente al día
18/08/2025 |
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