zelig
Por: Mono Rubino
14 de febrero de 2015
Woody Allen dirigió una película en el año 1983 que retrataba en forma de falso documental la vida de Leonard Zelig y su increíble “habilidad”, con la cual podía transformar su forma física según el grupo social en el que estuviera en ese momento, lo llamaban “El hombre camaleón”. Si se juntaba con un grupo de rabinos, le crecía el pelo y le aparecía una kipá y su ropa era la misma que la de ellos, si se juntaba con unos señores excedidos de peso, él también aumentaba sus kilos. Es un film hilarante que muestra cómo la sociedad “médica” analiza a esta persona e intenta “curarla” para que sea él mismo y no se transforme más.
Quédense tranquilos que no es que me haya vuelto loco, ni que me confundí de crítica. Porque el partido de Independiente de hoy me hizo acordar a esta gran obra de Allen.
¿Porqué digo esto?
- Lo digo porque me llamo mucho la atención la forma en la que salió a jugar el equipo. Ya desde el dibujo táctico, un 4-4-2 que poco se ha visto en los planteos de Almirón.
- Lo digo porque el equipo no intentó el 100% de las veces presionar arriba a los defensores rivales, fue inteligente, apuró cuando le convenía y pudo sacar rédito de eso.
- Lo digo porque no salió jugando con la bocha al ras del suelo todas las jugadas.
- Lo digo porque encontró en el pelotazo (o pase largo) un arma fundamental para sobrepasar a los defensores leprosos.
La disposición táctica al principio me parecía osada, no por la cantidad de delanteros (solo jugaron dos) sino por el cambio de esquema que se implementó, diferenciando al equipo de lo que se hizo en el verano. Era raro pensar en Papa como volante por izquierda, pero el partido del ex Vélez fue más que aceptable, sobrio y con criterio. También me generaba dudas cómo iba a rendir Pisano jugando de volante derecho en una línea de cuatro, pero “juguete” jugó uno de sus partidos más completos, siendo rueda de auxilio en defensa en algunos momentos, y fue inteligente con la pelota en los pies (pase hermoso a Mancuello para el penal). Era osado poner a dos jugadores con pocos entrenamientos con el plantel como Toledo y Tagliafico, pero ambos estuvieron firmes y supieron acoplarse a la idea de juego.
El equipo tenía dos formas claras de jugar, y acá aparece algo también de lo camaleoníco que hablaba al principio. O metía un contragolpe furioso, o realizaba una tenencia paciente, y hasta por momentos exasperante con muchos pases atrás.
Por esta dualidad llegaron los dos primeros goles de Independiente, por tenerla con paciencia y ganar en el mano a mano, y por agarrar a traspié al rival. Primero, el Pisano desbordó a Milton Casco y con derecha puso un pase preciso para Albertengo que definió abajo, al palo izquierdo de Ustari. En el segundo, Lucero recuperó, le quedó a Mancuello que de primera se la sirvió de nuevo al ex Rafaela, para que defina cruzado, dos toques y a buscarla al fondo del arco.
Todo estaba saliendo según lo planeado, encima los contragolpes eran precisos, con un Newell's que apretaba muy arriba, esperando la salida en corto del equipo, pero inmediatamente llegaba la sorpresa que arrancaba por el arquero Diego Rodríguez que jugaba en largo y casi siempre los delanteros más Mancuello quedaban mano a mano.
Newell's llegó pocas veces pero claras, cabezazo de Maxi y dos disparos de lejos, uno de Scocco y otro de Tévez (el mejor de la Lepra).
En el segundo tiempo, en el único de error de Tagliafico en todo el partido, perdió a Tévez y luego lo bajó en el área, Maxi Rodríguez puso de penal el descuento. Y luego, haciendo honor a la famosa frase del doctor Bilardo “córner mal pateado es gol del rival”, Newell's hilvanó un contraataque de manual comandado por su capitán, Tévez la puso para Figueroa que definió abajo del arco y puso el empate.
Acá todo parecía desmoronarse, se cometieron algunos errores en la salida, y faltaba la precisón que se había tenido en el primer tiempo. Pero aparecieron las dos figuras del partido, primero Mancuello, para comenzar a darle ánimo al equipo yendo para adelante y segundo con Pisano que hizo todo bien y en una de las escaladas sorpresa del capitán entre medio de los centrales, le puso una pelota fantástica que terminó en el penal de Ustari al 11 y posterior lesión del emblema. Rodríguez definió bárbaro arriba a la derecha y ahora el partido se balanceaba de nuevo para la visita.
A partir del gol, el equipo se asentó, entró Bellocq por Mancu y Graciani por Lucero. El equipo intentó tener la pelota, jugar con la desesperación del local que quería empujar. Por este toqueteo que proponía el equipo de Almirón, Bernardello atendió fuerte a Papa y se fue expulsado.
El final fue sin mayores sobresaltos, aunque no pudo aprovechar mucho el hombre de más y la potencia del ingresado Valencia, en lugar de Albertengo.
En resumen, el debut fue auspicioso, por la inteligente táctica, por el rendimiento de varios de los refuerzos; para destacar el “Torito” Rodríguez, Tagliafico y Toledo, y por el hambre y el no bajonearse cuando el local levantó una diferencia de dos goles.
Con el correr de los encuentros. ¿Irá a buscarlo como hacía antes?¿Jugará de contragolpe como hoy? Por lo visto en el partido del día de la fecha, Almirón hará mutar su juego según el rival de turno, para adaptarse y sacar el mayor provecho de las falencias del contrincante, cambiará su fisonomía como Leonard Zelig, esperemos que el director de este equipo, sea tan bueno para manejar estos cambios como lo podía hacer Woody Allen en su película.